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miércoles, 30 de diciembre de 2015

MOCKINGJAY - PART 2: Un desenlace insatisfactorio

Katniss Everdeen en su momento definitivo.
Desde que Katniss Everdeen (Jennifer Lawrence) se ofreció como tributo para salvar la vida de su hermana menor, "The Hunger Games" comenzó a construir una telaraña de conflictos que por lógica conducirían a un eventual enfrentamiento entre la chica en llamas y el sádico presidente Snow (Donald Sutherland), líder del cruel yugo que mantiene a la población de Panem bajo sus pies. Cuatro películas más tarde, las cartas (y las flechas) están puestas sobre la mesa para el tan esperado encuentro... O eso pensábamos.

Jennifer Lawrence en el set.
"Mockingjay: Part 2" comienza momentos después de la última escena del film anterior, algo de esperarse cuando el tercer y último libro de esta saga fue picado en dos, por motivos claramente financieros. Katniss se recupera de la violenta reacción de Peeta (Josh Hutcherson), quien parece haber sufrido un intenso lavado de cerebro durante su cautiverio a manos de Snow. La invasión al Capitolio es inminente y todos nuestros héroes se preparan para lo que viene, pero los hilos del poder detrás de la rebelión comienzan a tejerse a manos de la auto-proclamada presidenta Coin (Julianne Moore), quien percibe en Katniss una amenaza para su liderazgo.

Luego de una breve misión para unir a los trece distritos, Katniss es asignada a un escuadrón de retaguardia que cuenta con el ya conocido equipo de camarógrafos dirigidos por Cressida (Nathalie Dormer), cuyo fin es registrar la llegada de Katniss al Capitolio una vez que la rebelión haya tomado control de la ciudad. Al escuadrón se unen los siempre fieles Gale (Liam Hemsworth) y Finnick (Sam Claflin), entre otros. Sin embargo, el grupo es informado a última hora de la adición de un nuevo miembro, nada menos que el mismo Peeta, quien días antes intentó asesinar a Katniss. Si bien esto revela con claridad que algo no anda bien, el grupo parece aceptarlo sin mayor problema, detalle que la historia pretende que ignoremos.

El presidente Snow es el único que sonríe.
Lo que sigue es lo que Finnick llama la edición número 76 de los Juegos del Hambre, pues Snow ha llenado la ciudad de trampas mortales para evitar el avance de la rebelión. Cualquiera pensaría que esto afectaría también a los ciudadanos del Capitolio, pero la excusa de un toque de queda sirve para justificar su ausencia. Constantemente, los personajes repiten que el enemigo es Snow y no sus súbditos, pero la oportunidad para generar empatía hacia estos personajes de peinados extravagantes y exceso de maquillaje es ampliamente desperdiciada, reduciéndose a un breve encuentro que ocurre muy tarde dentro de la historia. Por ende, el Capitolio parece más un terreno deportivo que un lugar donde viven seres de carne y hueso.

Como es costumbre dentro de la saga, los momentos más interesantes ocurren cuando las trampas comienzan a cobrar víctimas, en particular durante una secuencia bastante tenebrosa que parece sacada de un film de Alien y funciona independientemente como pieza de suspenso. Sin embargo, ya los filmes anteriores abarcaron dos entregas de los Juegos del Hambre, mejor ejecutadas y en un contexto diferente, por lo que estas trampas solo fungen como relleno antes de la confrontación final. En el camino, se supone que el triángulo amoroso entre Katniss, Gale y Peeta debe alcanzar su punto mas álgido, pero Jennifer Lawrence nunca ha tenido química con sus dos co-protagonistas y las cosas no mejoran en esta ocasión. Al final, la elección de Katniss no es solo ilógica sino irrelevante.




"Mockingjay Part 2" es la prueba mas evidente de que no siempre es sencillo traducir el lenguaje escrito a la gran pantalla. La ley no escrita de cualquier blockbuster dicta que el último encuentro entre héroe y villano debe ser el mas épico de todos, pero aquí el camino escogido va en la dirección opuesta. Katniss no es testigo de momentos clave dentro de la invasión al Capitolio, y por ende la audiencia tampoco los vive. Las novelas de Suzanne Collins se mantienen siempre dentro del punto de vista de Katniss, mientras que el film intenta mantener esta perspectiva pero a la vez tiene la obligación tácita de dar cierre a un número importante de personajes y situaciones que simplemente quedan en el aire. Son varias las muertes en esta última entrega, pero el impacto emocional de la mayoría es casi inexistente.

Katniss y Gale... Zzzzz.
La decisión de hacer algo diferente es admirable, pero el equipo detrás de esta saga intenta pagar y darse el vuelto: estirar un único libro en dos películas modifica la estructura intrínseca de la historia, por lo que el inicio, medio y desenlace de esta segunda parte no concuerdan con los del texto en el cual se basan. Debido a ésto, el desenlace llega mucho antes de lo esperado y culmina tan pronto nos percatamos de su llegada. En este momento, la historia cuenta con una sorpresa más que sólo genera confusión durante el último cuarto de película.

Quizás la idea funciona mejor en el libro (¿o no?), pero la ejecución en la película deja mucho que desear. El guión no arroja suficientes pistas para convencernos de que la decisión final de Katniss es acertada, y la reacción de todos a su alrededor también carece de sentido. Peor aún, dicho giro priva a la saga entera de un desenlace satisfactorio, algo frustrante al pensar que los mejores momentos de estas cuatro películas quedarán siempre opacados por un final decepcionante (un momento de oro ocurre durante la última escena de Snow en pantalla, y Donald Sutherland demuestra que es el único actor que parece divertirse dentro de su retorcida interpretación). Lamentablemente, Los Juegos del Hambre culminan en una nota negativa, algo que parecía inimaginable para una epopeya que prometía mucho más de lo que aquí se brinda.

Puntuación: 2 de 5.

viernes, 11 de diciembre de 2015

SPECTRE: Cuestión de perspectiva

Léa Seydoux es Madeleine.

No es necesario ir muy lejos para percatarse de que la filmografía de James Bond está llena de altibajos. Daniel Craig ha interpretado al agente 007 en cuatro películas, dos de las cuales resaltan dentro de las mejores en el canon cincuentenario de esta saga, en parte porque revelaron un lado más intenso y oscuro que el personaje no mostraba desde la era de Sean Connery. Los filmes con Daniel Craig han procurado mantener cierta continuidad entre una cinta y otra, algo que no importaba mucho en el pasado. La pérdida de su amada Vesper (Eva Green) en "Casino Royale" continúa generando estragos en la psiquis de Bond, mientras que la muerte de M (Judi Dench) en "Skyfall" demostró que es imposible escapar de un pasado lleno de asesinatos y traición. Entre esas cintas, "Quantum of Solace" quedó como el hijo del medio, un film con una crisis de identidad que no sabía si era una segunda parte o una entrega independiente, y ahora la misión de "Spectre" es atar todos los cabos y entregarlos con un lazo dorado para, supuestamente, cerrar la era de Craig con broche de oro.

Christoph Waltz como Blofeld, "One million dollars, buahaha".
Aunque no posee las mismas fallas que "Quantum...", Spectre cae en la tentación de reciclar varios elementos y vicios que esta versión de 007 parecía haber dejado atrás. Las locaciones exóticas y las mujeres bellas siempre han formado parte de estas películas, pero en esta ocasión la historia repite el mismo patrón una y otra vez: el héroe viaja por el mundo en búsqueda de un objeto o persona que lo conduce a un nuevo lugar en búsqueda de otro objeto o persona, usualmente con una aparatosa escena de acción de por medio de la cual sale sin un sólo rasguño. Es la fórmula Bond, sin duda, y ha funcionado por más de 50 años, pero la ejecución en los últimos filmes otorgaba prioridad a la historia, mientras que en esta ocasión las cosas parecen andar en piloto automático.

Si bien "Skyfall" ya había explorado el pasado de su protagonista, el villano de esta entrega es nuevamente una figura conocida que busca venganza a como dé lugar. Blofeld (Cristoph Waltz) es la cabeza de Spectre, una poderosa organización malvada que al parecer ha estado detrás de todos los planes macabros de los tres filmes anteriores, así como de todo el sufrimiento infligido hacia Bond. Blofeld no aparece en pantalla hasta más o menos la mitad del film, imitando nuevamente la estructura de Skyfall, donde el Silva de Javier Bardem también entraba en acción a medio camino. Sin embargo, Blofeld es un villano mucho más débil, principalmente porque la mayoría de sus escenas consisten en intercambios verbales con Bond mientras Blofeld se mantiene inmóvil desde una posición segura. El guión pareció confiar en que el actor vendería al villano, pero ni siquiera un ganador de dos Oscars puede darle vida a un personaje tan estereotipado. Blofeld ya existió en versiones anteriores de Bond y fue parodiado hasta el cansancio a través del Dr. Evil de Austin Powers, por lo que es difícil ver al personaje sin algo de ironía, aún sin un gato sentado sobre su regazo. 

Monica Belucci y Daniel Craig.
Monica Belucci es una de las chicas Bond en esta oportunidad, en lo que podría catalogarse como una aparición especial con el único fin de mostrar a Monica Belucci en un film de James Bond (algo que incomprensiblemente no había sucedido hasta ahora). Por desgracia, sus escenas con Bond caen en el borde del ridículo y fungen como simple relleno dentro de la historia. La chica principal es Madeleine (Lea Seydoux), hija de Mr. White (Jesper Christensen), a quien vimos por última vez en Quantum of Solace. Seydoux es bastante más joven que Daniel Craig, por lo que su relación inicialmente no posee un tono romántico. Madeleine es la chica Bond más interesante desde Vesper, gracias a que la interpretación de la actriz no sacrifica la independencia del personaje por su sensualidad, aún cuando debe ser rescatada en un par de ocasiones. Además, la decisión de enamorarse de Bond es suya y no de éste.

Las escenas de acción varían entre tibio y frío. La primera escena, grabada en Ciudad de México, comienza con un plano secuencia bastante complejo durante la celebración del Día de los Muertos y culmina con una impresionante pelea a bordo de un helicóptero. Por otro lado, una persecución en las calles de Roma entre el Aston Martin de Bond y el Jaguar de Mr. Hinx (Dave Bautista) surge como la segunda mejor del film. Poco o nada más resulta memorable en este plano, una secuencia en las montañas nevadas de Austria se torna caricaturesca en el momento que Bond desciende de un precipicio en una avioneta, al tiempo que dispara a vehículos en movimiento, aniquilando a todos los villanos sin siquiera despeinarse. De igual forma, el último encuentro entre Bond y Blofeld carece de lógica narrativa al tomar en cuenta las circunstancias previas a éste.



Craig aporta el mismo carisma y sex appeal que lo ha hecho famoso, pero el actor a veces luce un tanto aburrido del papel. Ciertamente, Bond siempre mantiene la calma ante las situaciones más inverosímiles, pero los momentos de vulnerabilidad que hicieron de "Casino Royale" y "Skyfall" dos obras memorables son escasos aquí. "Spectre" podría pasar por un film de la era de Pierce Brosnan y quizás sería calificado de manera más complaciente, pero este Bond nos ha acostumbrado a cosas mejores. Si ésta es realmente la última interpretación de Craig en el papel de 007, los mejores días de Bond habrán quedado atrás... hasta que el nuevo reboot demuestre lo contrario.

Puntuación: 3 de 5.

viernes, 20 de noviembre de 2015

THE MARTIAN: Rescatando al astronauta Watney

Mark Watney tiene mucho que contarle a la cámara.

En el espacio nadie te escucha gritar, pero en Marte se baila música disco. Este parece ser el modus operandi de "The Martian", la nueva obra del director Ridley Scott, maestro en contar historias fuera de este mundo como "Alien" y "Blade Runner". En esta oportunidad, el director nos brinda una de sus cintas más digeribles, apegándose mas a la ciencia que a la ciencia-ficción con el fin de honrar la esencia de la novela sobre la cual se basa el film.

Un grupo de astronautas de la misión Ares III de NASA se encuentra tomando muestras en el planeta rojo cuando una tormenta los toma por sorpresa. La premura de la situación los obliga a abandonar el planeta para sobrevivir, pero en el camino hacia la nave espacial, Mark Watney (Matt Damon) es golpeado por una antena y el grupo pierde su rastro. Sus compañeros no tienen otra opción que presumir su muerte y huir. Al culminar la tormenta, Watney recupera la conciencia y se halla completamente solo en el planeta. Gracias a su entrenamiento e intuición, el astronauta estima que una misión de rescate tardaría aproximadamente cuatro años en llegar a Marte, si es que alguien se entera de que está vivo.

Es conveniente saber sobre jardinería en Marte.
Por fortuna, Watney no es sólo un astronauta y científico, sino también un botanista. Valiéndose de los escasos recursos que encuentra dentro de la base, en cuestión de días es capaz de producir agua y de sembrar papa en suelo marciano. De igual forma, Watney no tiene más opción que conformarse con la única opción musical disponible: una colección de música disco encabezada por los éxitos de Abba. No existe tiempo para el melodrama cuando hay tanto que hacer para sobrevivir, lo cual diferencia considerablemente a "The Martian" de films como "Cast Away" o "Gravity". En vista de que el personaje no tiene con quien interactuar, el guión emplea ingeniosamente la grabación de un diario mediante el cual Watney mantiene un registro de sus actividades, algo muy en sintonía con los tiempos actuales, donde solo se necesita de un selfie stick para documentar cada instante de nuestras vidas. Matt Damon emana una combinación de carisma y experiencia que hacen de Watney un personaje completamente empático, por cuyo bienestar apostamos desde el inicio.



Pero "The Martian" no se limita a contar únicamente la historia del desaparecido, sino que dedica un espacio importante para quienes buscan rescatarlo. El director de la NASA, Teddy Sanders (Jeff Daniels), intenta evitar un desastre de relaciones públicas que golpee aún más los fondos de la agencia, y el descubrimiento de que Watney vive lo enfrenta con Vincent Kapoor (Chiwetel Ejiofor), el responsable de traer de vuelta a todos los astronautas del Ares III. A su vez, este grupo está liderizado por la capitana Melissa Lewis (Jessica Chastain), quien no deja de sentirse culpable por haber abandonado a su compañero en el planeta rojo.

Sí, Kristen Wiig actúa en el film.
En vista de que la historia abarca tres puntos de vista dentro de la misma situación, el film cuenta con gran número de personajes y no todos reciben el desarrollo adecuado, pero el guión de Drew Goodard proporciona varias sorpresas sin desviarse demasiado del objetivo principal: traer de vuelta a Watney. El encanto que destila el film se centra en lo plausible que toda la ciencia desplegada en la trama parece ser, a sabiendas de que en la realidad el hombre está aún lejos de viajar hasta Marte. Al mismo tiempo, se presentan algunos dilemas éticos donde todas las partes poseen argumentos válidos, sin que la historia satanice demasiado a alguna postura por encima de otra.

Scott es un director con una carrera llena de filmes memorables o intrascendentes en igual medida, pero "The Martian" se ubica dentro de sus trabajos más frescos y accesibles en al menos una década. En tiempos donde la tragedia parece ser requisito indispensable al contar cualquier historia dramática, el director nos invita a enfocarnos en aquello que nos mantendría con vida en una situación de ese tipo: contar con un propósito. No hay subtexto ni metáforas en esta travesía, pero existe una sensación de descubrimiento, e incluso de aprendizaje, que poco se consigue en el cine de hoy.

Puntuación: 4,50 de 5.






miércoles, 30 de septiembre de 2015

MAD MAX: FURY ROAD - El renacimiento de un director y una franquicia

Mad Max e Imperator Furiosa.
Debo comenzar esta reseña con una confesión: no he visto ninguna película de la trilogía original de Mad Max. De hecho, no tenía mayor interés en ver "Mad Max: Fury Road", pero la lluvia de comentarios positivos me impulsaron a verla unos días antes de que saliera de cartelera. Tras experimentar en pantalla grande la obra maestra que George Miller nos ha regalado, anhelo descubrir los trucos que el director tiene bajo la manga para el futuro del mundo post apocalíptico donde se desarrolla esta saga.

"Fury Road" no es un reboot, secuela ni precuela, sino un poco de todas las anteriores. Miller ha pasado 20 años preparando esta nueva entrega, tiempo que parece haber alimentado su inspiración y creatividad para producir un film de acción como pocos se han visto. En papel, es difícil creer en un guión que consiste esencialmente en una gran persecución, interrumpida por breves interacciones humanas y no mucho más. Sin embargo, lo que los diálogos no muestran se filtra a través de un tratamiento sensorial donde la cinematografía, sonido, dirección de arte, maquillaje y vestuario contribuyen a construir una experiencia como pocas.

Tom Hardy pasó medio rodaje con un bozal.
El desierto australiano sirve como escenario de un mundo donde se respira la radiación del aire y los poseedores de agua son quienes dominan a la sociedad. Tom Hardy interpreta al titular guerrero del camino, Max, quien es secuestrado por una banda de cazadores y llevado a Citadel, una fortaleza  dominada por Immortan Joe (Hugh Keays-Byrne), tirano con complejo de dios que mantiene a sus súbditos en resguardo bajo la promesa de brindarles líquido, abriendo drenajes cada cierto tiempo para alimentar sus esperanzas pero con la brevedad suficiente para que sigan en la miseria. Por si fuera poco, las mujeres lactantes son ordeñadas cual ganado y los esclavos como Max son donantes involuntarios de sangre, pues gran parte de la población es víctima de innumerables variedades de cáncer.

Tras un fallido intento de escape, Max es encadenado al frente de un vehículo para proveer sangre fresca a Nux (Nicholas Halt) durante la búsqueda de Imperator Furiosa (Charlize Theron), una sub-alterna de Joe que ha escapado de Citadel junto a las cinco esposas de éste.  Eventualmente, Max se une a Furiosa y su grupo en busca de la Zona Verde, el oasis de donde ella fue raptada durante su infancia.


Los diversos escenarios que recorren nuestros héroes brindan un amplio repertorio de oportunidades creativas para que cada secuencia de acción posea una identidad propia. Es así como el interior de un acantilado representa una amenaza muy distinta a la de un pantano cubierto de niebla, pero la adrenalina siempre se mantiene a toda mecha. Miller ha construido meticulosamente cada secuencia con una precisión casi poética donde cada elemento parece ser parte de un gran baile, cuyos participantes muestran lo más decadente de la raza humana al tiempo que emplean la violencia como único recurso de supervivencia. 

George Miller dirige la escena.
Aunque Tom Hardy desempeña el rol protagónico, es Charlize Theron quien domina la escena. Furiosa es tan temeraria como sus enemigos en su búsqueda por escapar del yugo de Inmortan Joe, y Theron posee la combinación ideal de rudeza y madurez para demostrar que su personaje es capaz de conducir un camión-tanque con la misma destreza que emplea para cuidar de sus cinco protegidas. Por su parte, el Max de Hardy es hombre de pocas palabras, pero el actor continúa demostrando que el cuerpo es tan importante como la voz para comunicar las emociones de un personaje, sobre todo durante la primera mitad del film, donde Max permanece con el rostro cubierto por un bozal.

Sin embargo, el gran protagonista de "Fury Road" es su director. El cine de autor rara vez engendra un film de acción con la complejidad técnica y creativa desplegada en esta obra, y la audiencia es la principal ganadora. El universo creado por Miller en su trilogía original se expande con esta entrega y abre un mundo de posibilidades para lo que puede ocurrir con la franquicia de aquí en adelante. Pocas propiedades intelectuales logran volver a la palestra luego de ausencias tan prolongadas como la de Mad Max, pero Fury Road podría alterar considerablemente la vara con que se mide a este abarrotado género.

Puntuación: 5 de 5.

viernes, 28 de agosto de 2015

FANTASTIC FOUR: Crónica de un desastre fantástico

Reed Richards tiene un problema de estiramiento.
Cada cierto tiempo, una producción de Hollywood viene al mundo para recordarnos el efecto devastador que puede provocar el hacer un film por los motivos equivocados. Todo trabajo artístico, independientemente de su alcance o expectativas comerciales, debe ser engendrado como producto de la inspiración y la creatividad de sus autores, y las garantías de su éxito o fracaso deberían yacer exclusivamente en la calidad de la obra terminada.

Hace un par de años, el estudio 20th Century Fox devolvió a Marvel los derechos del súper héroe Daredevil, por no poder sacudirse el mal sabor que dejó aquel film de 2003, con Ben Affleck como protagonista. Sin embargo, el estudio mantuvo los derechos de dos propiedades intelectuales: los X-Men, franquicia valiosa y exitosa; y los 4 Fantásticos, personajes que contaron con dos encarnaciones, estrenadas en 2005 y 2007, bastante mediocres y nada memorables. Sin embargo, Fox tiene la obligación de estrenar un film de los 4 Fantásticos cada 8 años, pues de lo contrario deben renunciar a los derechos de dichos personajes.

A Sue Storm le gusta trabajar con musica.
He aquí la razón por la cual existe en 2015 el film "Fantastic Four", un reboot de la franquicia que nuevamente nos cuenta el origen de este cuarteto de héroes, así como de su eterno némesis, Dr. Doom. Al principio de la producción, las cosas parecían ir por buen camino, pues Fox reclutó a un director prometedor al contratar a Josh Trank, quien venía de hacer el film "Chronicle", un éxito de crítica y taquilla con una perspectiva innovadora en una historia de súper héroes. Lamentablemente, la luna de miel duró poco: Trank y los productores nunca se entendieron y el estudio quedó insatisfecho con el primer corte presentado, por lo cual decidieron volver a filmar más de un tercio de la película. Sin embargo, por razones aún desconocidas, mantuvieron a Trank en la silla del director, pero el control de éste sobre el producto final fue limitado o casi inexistente.

La primera hora de "Fantastic Four" coloca sobre la mesa todas las cartas de una historia con al menos algo de potencial. El joven y talentoso Reed Richards (Miles Teller) construye un diminuto portal interdimensional para la feria de ciencia de su escuela, con la ayuda de su mejor amigo Ben Grimm (Jamie Bell). Su profesor descarta el invento por considerarlo un truco de magia, pero el Dr. Franklin Storm (Reg E. Cathey) y su hija Sue (Kate Mara), quienes están en la feria estudiantil sin explicación alguna, le ofrecen a Reed una beca para estudiar y trabajar en los laboratorios Baxter, donde Storm también desarrolla un portal interdimensional. 

Prohibido acercarse a la Antorcha Humana.
Una vez que llega a su nuevo trabajo, Reed conoce a Victor Von Doom (Toby Kebbell), otro prodigio bajo la tutela del Dr. Storm que posee algunas tendencias destructivas. Poco después se une al equipo Johnny Storm (Michael B. Jordan), el hermano rebelde de Sue que acaba de estrellar su automóvil en una carrera urbana. El guión dedica casi una hora para establecer las relaciones entre los personajes: Reed y Sue parecen gustarse, lo cual no le agrada a Victor; Johnny intenta comportarse bien para que su padre le devuelva las llaves de su automóvil; el Dr. Franklin intenta apaciguar los nervios de sus superiores y todos trabajan en conjunto para abrir las puertas hacia otra dimensión. 

Finalmente, el equipo logra enviar a un simio a través del portal y devolverlo sano y salvo. La celebración amerita unos cuantos tragos entre los hombres del grupo, pero dentro de su entusiasmo deciden cruzar el portal ellos mismos. Todo luce maravilloso por unos minutos dentro del Planeta Zero, hasta que una misteriosa fuente de energía hace erupción y el caos se apodera de la situación. Reed, Ben y Johnny logran regresar a su cápsula, pero dan por perdido a Victor. En el otro lado, Sue se percata de lo ocurrido e intenta traer a sus amigos de regreso. El portal se abre a tiempo pero la cápsula no se cierra, trayendo consigo distintos elementos que afectan a los muchachos, incluyendo a Sue.

La mejor secuencia del film ocurre cuando Reed despierta en la cama de un  laboratorio y descubre su cuerpo completamente estirado y deforme, a la vez que Johnny grita de terror al verse envuelto en llamas; Ben parece estar cubierto de piedra sin poder moverse y Sue permanece en coma, pero aparece y desaparece del espectro visible de forma errática.

Y entonces la historia corta a negro y aparece el título: UN AÑO DESPUÉS.



Es difícil saber saber si esto estaba dentro de los planes originales, pero de cualquier forma el salto brindó la excusa perfecta para cambiar el corte original e inventar un nuevo desenlace. El resultado es un desastre total. Sue, Johnny y Ben, ahora convertidos en La Mujer Invisible, La Antorcha Humana y La Mole, permanecen en la misma base secreta y ahora trabajan para el gobierno, pues viven bajo la promesa de que la clave para curarlos de sus poderes es reabrir el portal hacia el Planeta Zero. Exactamente cómo van a curarse no es algo que se preocupan en preguntar, ni el guión parece querer explicar. Reed, por su parte, ha huido a Panamá y nadie sabe de él, aunque evidentemente reaparece una vez que Sue logra dar con su paradero.


La Mole... es demoledora.
Una vez reunido el equipo, re-abren el portal y Victor vuelve a escena convertido en Dr. Doom. Victor parece tener todo tipo de poderes, desde explotar cabezas hasta levitar objetos, y su sed de venganza lo hace querer destruir el mundo (tampoco se explica el por qué).  El portal no sólo permanece abierto sino que comienza a tragarse al planeta Tierra, por lo que el cuarteto de héroes debe enfrentar a Doom para detener la destrucción. La batalla final ocurre en el Planeta Zero, un enfrentamiento que deja mucho que desear en cuanto a efectos visuales y lógica se refiere. El trabajo en equipo de los cuatro héroes se limita a un último instante donde se dan cuenta de que juntos pueden acabar con Doom, pero es un momento vacío y carente de peso dramático.

A pesar de su decepcionante desenlace, el principal problema del film es que carece de un acto medio. Más de una hora transcurre hasta que los héroes adquieren sus poderes y luego la historia concluye en menos de media hora. Peor aún, ninguna de las interacciones formadas entre los protagonistas durante esa primera hora recibe conclusión alguna. Si la versión original de Trank tenía una estructura más completa, es evidente que el trabajo adicional del estudio sólo empeoró cualesquiera que hayan sido los problemas de ese corte. O es posible que aquel film fuese aún más desastroso que éste, por más difícil que parezca imaginar tal cosa. 

Finalmente, los cuatro.
El dilema de 20th Century Fox es ahora decidir qué hacer con los 4 Fantásticos. Al menos cuentan con un reparto de buenos actores que tuvieron el infortunio de toparse con una producción caótica, pero que probablemente están obligados por contrato a hacer una o dos películas más. Podrían también unirse a los X-Men, aunque esa franquicia ya cuenta con un reparto bastante extenso. O simplemente podrían irse por el camino de Daredevil y devolverle los derechos a Marvel. De cualquier forma, el cine aún le debe al mundo una versión digna a la familia real de Marvel, pero en este momento es difícil imaginar que tal cosa exista en un futuro cercano.

Puntuación: 1,5 de 5 

viernes, 7 de agosto de 2015

ANT-MAN: Un súper héroe en dosis pequeña

Scott Lang se viste de "Ant-Man" ... dentro de la ducha.

En los últimos años, la tendencia de los films de súper héroes ha sido colocar a los protagonistas ante amenazas con el potencial de destruir al mundo entero, algo que los héroes parecen ser capaces de superar con mayor facilidad a medida que se acumulan los villanos derrotados. Afortunadamente, "Ant-Man" no cuenta con este tipo de ambiciones. Tras doce películas en el creciente universo cinematográfico de Marvel, esta es una historia más íntima y, sí, más pequeña, que trae recuerdos del primer film de "Iron Man" en cuanto a su esencia como historia de origen. No por esto deja de haber un vínculo con el resto de los Vengadores, pero el guión es mucho más conciso que el de "Avengers: Age of Ultron", donde la mitad de la historia estaba dirigida a prepararnos para otras películas en lugar de brindar un arco dramático satisfactorio.

Paul Rudd y Michael Douglas en el set.
El proyecto de "Ant-Man" llevaba más de una década en desarrollo en las manos del escritor y director Edgar Wright, autor de los filmes de culto "Shaun of the Dead" y "Scott Pilgrim vs The World". Wright originalmente iba a dirigir el film y fue el responsable de escoger al elenco principal, pero poco antes de comenzar a filmar renunció a su cargo, citando "diferencias creativas" con Marvel. Su reemplazo fue Peyton Reed, quien tiene comedias como "Bring It On" en su currículum y re-escribió parte del guión junto a Paul Rudd. Es difícil saber qué tanto cambió entre una versión y otra, pero el film entretiene independientemente de dicho debate.

Rudd interpreta a Scott Lang, un experto ladrón recién salido de prisión que intenta poner su vida en orden para recuperar la custodia de su hija. Sin embargo, las habilidades de Scott no pasan desapercibidas para Hank Pym (Michael Douglas), el creador de un traje que permite reducir al tamaño de una hormiga a su portador. Previendo el peligro que este tipo de tecnología puede provocar en manos equivocadas, Hank decidió esconderla de S.H.I.E.L.D. hace un par de décadas, pero su ambicioso pupilo Darren Cross (Corey Stoll) parece estar a punto de hallar la fórmula de Hank y venderla a Hydra, la facción neonazi que destruyó a S.H.I.E.L.D. en "Captain America: The Winter Soldier".

"Así es cómo se golpea".
La misión de Scott es infiltrarse y destruir los laboratorios que albergan esta tecnología, para lo cual cuenta con el apoyo de Hope (Evangeline Lilly), la hija de Hank que trabaja como mano derecha de Cross. La relación entre Hope y su padre es bastante distante, pero ambos deben trabajar en conjunto para entrenar a Scott si desean que su plan funcione. La dinámica entre los tres personajes es lo mejor del guión: Douglas funge como figura paternal, biológica y figurativa, pero también aporta las explicaciones científicas al buen estilo del Dr. Emmett Brown; Lilly combina muy bien sus habilidades dramáticas con su destreza física, tal y como lo hiciera en "Lost", y su personaje evoluciona de forma intrigante para futuras cintas; por último, Rudd demuestra ser una buena escogencia, aunque atípica, para el rol protagónico, otorgando ligereza y humor muy adecuados para una historia que no se toma muy en serio a sí misma.

Aunque los trailers del film no lucían muy convincentes, las secuencias de acción están bien ejecutadas y los constantes cambios de tamaño de Scott permiten emplear un vistoso contraste de perspectivas, al tiempo que refrescan el panorama visual en cada encuentro. En este sentido, las hormigas que asisten a Scott también aportan una variedad llamativa que contribuyen a generar un gran sentido de aventura a lo largo de todo el film. Todos estos encuentros vienen también cargados de situaciones humorísticas, que aunque no siempre resultan hilarantes sí le brindan un encanto particular a toda la experiencia. En esta misma tónica, Michael Peña sorprende gratamente en un rol cómico como Luis, el amigo de Scott que intenta arrastrarlo de vuelta a sus malos hábitos.



No es un secreto que Marvel ha tenido poco éxito en desarrollar personajes antagónicos interesantes, y aunque Cross no le pisa los talones a Loki, su rivalidad con Hank le otorga suficiente peso para hacerlo resaltar como villano, aunque no deja de ser un tanto unidimensional, particularmente porque no conocemos nada sobre su vida más allá de su ambición por opacar a su antiguo mentor. Su confrontación con Scott ocurre en el lugar menos esperado, dando lugar a un desenlace divertido y apropiado con el tono del resto de la historia.

"Ant-Man" tenía todas las de perder gracias a su concepto caricaturesco y un nombre bastante ridículo, pero el film ha logrado infiltrar con éxito a un nuevo súper héroe dentro de la maquinaria que es este universo de películas. La autoría de este logro continuará bajo debate, pero la Fase 2 de Marvel cierra en una nota alta con esta entrega.

Puntuación: 4,25 de 5.


jueves, 30 de julio de 2015

JURASSIC WORLD: "Si los Piratas del Caribe se daña, los piratas no se comen a los turistas."

Owen (Chris Pratt) y sus velociraptors.

"Jurassic Park" tiene un lugar especial en el corazón de quienes crecimos en la década de los 90. El film de Steven Spielberg, basado en una novela de Michael Crichton, sorprendió al mundo entero con su despliegue de efectos digitales empleados en consonancia con los impresionantes animatronics de Stan Winston. Por primera vez vimos a un braquiosaurio alzándose en dos patas para comer de la rama más alta de un árbol, al tiempo que nos estremecimos con el temblor generado por las pisadas de un tiranosaurio rex que rondaba libremente en busca de una nueva presa. Aunque el sueño de John Hammond (Richard Attenborough) no se cumplió en aquel momento, la imaginación de niños y adultos despegó hacia lugares inimaginables.

22 años después llega "Jurassic World", nombre que lleva el nuevo parque. A través de los ojos de dos jóvenes hermanos, Gray y Zack (Ty Simpkins y Nick Robinson), el director Colin Trevorrow presenta al mundo jurásico en todo su esplendor. Los turistas pueden pasear en un safari y ver de cerca a una manada de triceratops al aire libre, o disfrutar de un show acuático donde la estrella es un mosasaurio capaz de devorar un tiburón de un solo bocado (existe el riesgo de salir mojado del espectáculo). La idea de un complejo turístico lleno de criaturas extintas hace 65 millones de años no deja de ser maravillosa, pero los riesgos que destruyeron al parque original permanecen latentes.

El indóminus rex en plena acción.
Tal y como predijera el Dr. Ian Malcolm (Jeff Goldblum), la naturaleza siempre encuentra su camino. En este caso, el camino de escape lo encuentra el indóminus rex, un nuevo dinosaurio diseñado por el Dr. Henry Wu (B.D. Wong), el único personaje que regresa del film original. Cabe mencionar que Wu se ha tornado bastante tenebroso desde la última vez que lo vimos, sin que el guión proporcione explicación alguna sobre esto. El indóminus posee una mezcla genética que lo hace más letal que cualquier otro dinosaurio, algo que no pareció importarle a nadie con poder de decisión en el parque, pues en teoría esta nueva atracción atraería un mayor número de visitantes. Más temprano que tarde, los turistas se convierten en comida de dinosaurio y el caos reina por doquier.

El nuevo reparto lo encabeza Chris Pratt de "Guardians of the Galaxy", quien interpreta a Owen, el encargado de criar y cuidar a los velociraptors, trabajo que en el primer parque ejerció Robert Muldoon (Bob Peck) hasta que se convirtió en la presa de éstos. La diferencia es que Owen ha logrado formar un vínculo con los raptores que le permite ejercer cierto control sobre ellos, pero ese control es más frágil de lo que algunos creen. Pratt encaja con facilidad en el rol gracias a su nuevo estatus como héroe de acción y podría cargar con la franquicia si ésta decide mantener un mismo personaje protagónico en el futuro.


Por otro lado está Claire (Bryce Dallas Howard), la tía de Gray y Zach y la directora de operaciones del parque. Cuando el caos comienza, Claire debe acudir a Owen para rescatar a sus sobrinos, a quienes dejó a cargo de su asistente por no tener tiempo para atenderlos. De todos los personajes, Claire es la que más evoluciona dentro de la historia y Howard merece crédito por hacer empático a un personaje que pudo tornarse irritante en manos de una actriz menos capaz.

Si la historia se hubiese enfocado sólo en estos cuatro personajes y su intento por sobrevivir, se habría ahorrado el exceso de trama del que padece, particularmente debido a la presencia de Hoskins (Vincent D'Onofrio), un empleado espía de In-Gen que ve en los raptores el potencial para venderlos al ejército como armas de guerra. Si esta última oración carece de sentido, no es por equivocación. No extraña entonces que el propio D'Onofrio nunca luzca cómodo en los zapatos de su personaje. 

El show de Shamu... Masosaurio.
Donde "Jurassic World" brilla es en cada uno de los encuentros con los dinosaurios. Aunque emplea animatronics en algunos momentos, la saga que instauró los efectos digitales como práctica común lógicamente los aprovecha al máximo, so pena que un dinosaurio naciendo de un huevo digital nunca se verá igual al velociraptor saliendo del cascarón en el primer film.

Los trailers revelaron la escena donde Owen va en motocicleta con los velociraptors a su lado, pero ésta tiene mucho más sentido dentro del contexto de la historia y brinda uno de los momentos más emocionantes del film. Los raptores siguen siendo lo mejor de la saga, aún cuando esta vez parecen estar del lado de los buenos. Por su parte, el indóminus rex ciertamente asusta con su ferocidad e inteligencia, convirtiéndose en una buena adición al repertorio de dinosaurios memorables. Los pterodáctilos también cuentan con una secuencia de ataque a los turistas del parque, pero no tienen la personalidad necesaria para resaltar. Por supuesto, el tiranosaurio rex tiene su momento estelar justo cuando más se le necesita. 

Hay gran número de referencias al film original. La mayoría son bien empleadas, entre ellas una breve visita al abandonado centro de visitantes del primer parque, el cameo ingenioso de un dilofosaurio y la estatua de John Hammond en el centro del parque al estilo de Walt Disney. Por el contrario, un par de escenas claves parecen más copias que tributos: la secuencia donde el indóminus ataca a Gray y a Zach dentro de un vehículo es muy similar al ataque del T-Rex a Lex y Tim (Ariana Richards y Joseph Mazzello); de igual forma, la escena del clímax se produce en una situación casi idéntica a "Jurassic Park", donde los protagonistas parecen estar a punto de ser devorados hasta que algo inesperado sucede. No por esto dejan de funcionar dramáticamente, pero restan puntos en originalidad.

El parque está abierto.
El film también muestra una crisis de identidad en varias ocasiones, pues confunde el humor con la sátira a la vez que pretende que la audiencia tome en serio la historia. Un par de casos ilustrativos de este conflicto son los zapatos de tacón que Claire nunca se quita, a pesar de estar en medio de la jungla con depredadores por doquier, o el personaje de Masrani (Irrfan Khan), el nuevo CEO de Ingen que tiene el mismo espíritu optimista de John Hammond pero que sólo parece estar en la historia para pilotear torpemente un helicóptero. 

Sin duda, "Jurassic World" revitaliza a una franquicia que hasta ahora no lograba producir una secuela exitosa. No es un film perfecto y de ninguna forma alcanzará el estatus de clásico de "Jurassic Park", pero tampoco pretende hacerlo. Hay suficientes dinosaurios para aminorar el hecho de que la mayoría de los humanos no son más que caricaturas, y los últimos minutos de acción resultan verdaderamente emocionantes gracias a un encuentro épico entre las fieras más mortales del parque. La saga ha escapado de la extinción.  

Puntuacion: 4 de 5.


viernes, 10 de julio de 2015

INSIDE OUT: Pixar recupera su esplendor


Pixar es un estudio forjador de historias que entretienen a niños y adultos por igual. "Toy Story", "Finding Nemo", "Wall-E", entre otras, son películas infantiles en cuanto a humor y mundos coloridos se refiere, pero poseen con frecuencia un trasfondo menos evidente que sólo los padres de los niños pueden apreciar. Con "Inside Out" es posible que el estudio haya dado un salto de talanquera: es un film animado para adultos que los niños probablemente disfruten, pero en esencia no pretende atrapar a la misma masa que sigue cantando Let it Go después de casi dos años.

Pete Docter, director de "Monsters, Inc." y "Up", tomó inspiración para forjar la historia del film dentro de su propia familia. Cuando una de sus hijas alcanzó la pre adolescencia, algo fundamental en su psiquis sufrió una transformación importante, pues la niña alegre que su padre conocía se convirtió en un ser malhumorado e inseguro. 

"Inside Out" comienza con el nacimiento e infancia de Riley (Kaitlyn Dias), a quien conocemos desde el Cuartel General que es su mente. Adentro coexisten cinco emociones: Alegría (Amy Poehler), Tristeza (Phyllis Smith), Furia (Lewis Black), Temor (Bill Hader) y Desagrado (Mindy Kaling). Como operadores del enterprise, cada uno toma las riendas de la mente de Riley cuando la situación lo amerita, y todo nuevo recuerdo es registrado en una esfera que adquiere el color de la emoción preponderante. Como es de esperar en una niña, Alegría está casi siempre al mando, por lo que la mayoría de las esferas son de su mismo color amarillo.

Cuando Riley tiene 11 años, sus padres deciden mudarse de la ciudad de Minnesota a San Francisco, lo cual genera una fuerte crisis en su mente. El color azul de Tristeza comienza a teñir las esferas que almacenan sus Pensamientos Centrales y Alegría intenta detener este repentino arrebato emocional. La confrontación entre Alegría y Tristeza provoca que ambas salgan expulsadas accidentalmente del Cuartel General, dejando a cargo a Furia, Temor y Desagrado, lo cual sólo empeora las cosas para Riley. Si desean regresar, Alegría y Tristeza deben salir del laberinto de la Memoria a Largo Plazo, pasar por las Islas de la Personalidad y finalmente tomar el Tren del Pensamiento, tarea complicada cuando una es optimista empedernida y la otra está tan deprimida que no puede ni levantarse del suelo.



Si la trama suena muy extraña, no hay de qué preocuparse. El film despliega un nivel de creatividad visual comparable al de "Monsters, Inc." y cada uno de los elementos de la mente es ilustrado de forma memorable y comprensible. Cada nuevo descubrimiento dentro de la mente de Riley generará olas de recuerdos en todo aquel que alguna vez haya sido niño, por lo que la nostalgia juega un rol preponderante en la conexión emocional que el film genera en los adultos. Sin embargo, el guión escrito por Docter no se conforma con recordarnos que la vida solía ser más sencilla durante la infancia, sino que aborda la necesidad e inevitabilidad del cambio, aún cuando esto implique dejar la alegría a un lado y permitir que la tristeza tome el mando de vez en cuando. Hacer frente a esta realidad sacará lágrimas a más de uno. 

No por esto deja de ser un film divertido. La interacción entre Alegría y Tristeza es tan disímil que produce gran número de risas, particularmente gracias al trabajo de Smith y Poehler, ambas veteranas de la comedia en televisión. Lo mismo ocurre con el resto de las emociones, aunque sus roles en la historia sean más secundarios. Los mejores momentos suceden cuando las emociones reaccionan ante algún estímulo de Riley, como su reacción de asco ante el ofrecimiento de una pizza con brócoli o los nervios al saludar a un muchacho que le gusta. La secuencia de los créditos en particular es de las más divertidas que un film animado ha producido.

"Inside Out" es un film sobre la infancia concebido desde la madurez artística de un estudio que ha producido un gran número de éxitos, pero que en los últimos años había perdido algo de esplendor gracias a proyectos mediocres como "Brave" o "Cars 2". Gracias a su nuevo trabajo, los co-directores Pete Docter y Ronnie del Carmen pueden anotar otro clásico al impresionante repertorio del estudio, y muy probablemente recogerán múltiples galardones en unos meses.

Puntuación: 5 de 5.

viernes, 26 de junio de 2015

EX MACHINA: El amor en los tiempos de la inteligencia artificial

El director Alex Garland junto a Alicia Vikander (Ava).

El cine lleva décadas advirtiéndonos sobre los peligros de la inteligencia artificial. Sarah Connor parece estar eternamente previniendo el día del juicio final en la saga de Terminator, mientras que Neo despertó hace rato del sueño que lo mantenía en un mundo virtual controlado por las máquinas en los films de Matrix. Incluso los Vengadores enfrentaron recientemente a Ultron, un ente sintético cuyo propósito no era otro más que acabar con la humanidad. Si sumamos a esto las declaraciones recientes de Bill Gates y Stephen Hawking en torno al riesgo de otorgar vida propia a organismos mecánicos, no hay excusas para decir que no hemos sido advertidos. 

Es por esto que la premisa de "ExMachina" no augura nada bueno desde el inicio. El precedente sentado nos haría desconfiar plenamente de Ava (Alicia Vikander), la mujer androide de rostro angelical que parece ser prisionera de su retorcido creador, Nathan (Oscar Isaac), un mil millonario de la tecnología aislado en una mansión ultra moderna en las montañas. Pero Ava nos invita a confiar en ella a través de los ojos de Caleb (Domhnall Gleeson), empleado de Oscar y ganador de un sorteo cuyo premio es trabajar de cerca con su jefe y estudiar el realismo y humanidad de Ava. 



A través de varios encuentros que fungen como capítulos dentro de la historia, Caleb y Ava aprenden el uno del otro. Con su cuerpo a medio hacer y sin cabellera que la embellezca, Ava apela a la bondad de Caleb para revelarle su sueño de lucir como un ser humano. Lo que Caleb y la audiencia no pueden descifrar es si Ava dice la verdad o si todo es parte de un gran experimento.

El guionista Alex Garland, autor de películas como "Sunshine" y "28 Days Later" debuta como director con"Ex Machina", un thriller de ciencia ficción inteligente y minimalista no muy alejado de lo posible. Con tan sólo un trío de actores (excluyendo una interpretación silente adicional), Garland maneja con eficiencia la tensión y la intriga entre los tres vértices del triángulo del conflicto. Oscar Isaac emana un aire repulsivo y a la vez intrigante, aún si las intenciones de Nathan no son claras, pero su carácter impredecible lo convierte en un factor volátil para Caleb, cuya timidez e inseguridad calan con facilidad en la interpretación de Domhnall Gleeson. Sin embargo, es Alicia Vikander quien vende la historia mediante la curiosidad y la firmeza con que Ava parece perseguir sus intereses sin perder la vulnerabilidad intrínseca en su aspecto.

Oscar Isaac (Nathan) y Domnhall Gleeson (Caleb).
El guión no se conforma con criticar la acción de jugar a ser Dios por parte de un maniático, sino que explora las más oscuras desviaciones a las que puede recurrir quien tiene rienda suelta para satisfacer sus deseos. En contraste con esto, el pragmatismo de Ava alimenta el pensamiento que considera a la humanidad como un experimento fallido por parte de su creador, dejando muy pocos argumentos a favor del hombre desinteresado y benévolo.

En el plano estético, la dirección de arte contribuye a generar una atmósfera futurista dentro de una estética moderna, centrada en la mansión ultra-tecnológica de Nathan, donde fácilmente podría vivir alguien como Mark Zuckerberg o Larry Page. Para intensificar este aspecto, los escenarios son filmados en planos generales que traen a la memoria el trabajo visual de filmes de Stanley Kubrick como "2001: A Space Odyssey" y "Eyes Wide Shut". 

El último tramo de la historia no satisface del todo las expectativas que la trama genera, pero despierta la posibilidad de que un ser artificial pueda actuar en pro de su beneficio individual, otorgando un nuevo significado al concepto de la creación a imagen y semejanza del creador.

Puntuación: 4,50 de 5.