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viernes, 19 de agosto de 2016

SUICIDE SQUAD: Una oportunidad desperdiciada

´Somos malos, es lo que hacemos´.
El universo extendido de películas de DC continúa en terrenos tormentosos con Suicide Squad. Luego de que Batman v Superman recibiese pocos elogios a comienzos de año, muchos asumieron que un film centrado en algunos de los villanos mas populares de DC sería el coadyuvante ideal para recoger los vidrios rotos y armar una serie de películas que al menos se acerquen en calidad al trabajo que Marvel lleva realizando desde hace años. Lamentablemente, Suicide Squad no es el film que retomará el curso de este tren descarrilado, aunque algunos de sus elementos cuentan con el potencial suficiente para ser explorados en películas subsiguientes.

Se presume que los productores entraron en pánico tras la respuesta de la crítica y los fans hacia BvS, debido a lo cual decidieron filmar escenas adicionales para aligerar el tono del film. Además, se editaron dos versiones de la película, sometidas a focus groups para determinar el gusto de la audiencia, de donde salió un corte final que amalgama lo "mejor" de ambas versiones. Es lógico asumir que tantos reajustes comprometieron la visión original del director David Ayer, y los problemas tras bastidores se traducen en una sopa de villanos con muy poca sazón.

El asesino a sueldo con corazón.
Todo comienza bien, con un trío de escenas que presentan a los protagonistas de la historia, cada uno con un distintivo fondo musical: Harley Quinn (Margot Robbie), la retorcida novia de El Guasón (Jared Leto), permanece aislada en una celda tipo jaula al estilo de Hannibal Lecter, donde disfruta hacer malabares cuando no asesina a algún guardia distraído; Deadshot (Will Smith), el asesino a sueldo experto en todo tipo de armas, también se encuentra recluido en prisión, pero anhela volver a encontrarse con su hija Zoe (Shailyn Pierre-Dixon); por último, Amanda Waller (Viola Davis), es quien se encarga de mover el engranaje gubernamental para armar a Task Force X, un equipo de súper villanos que enfrenten las amenazas de aquellos que se salgan del control de la ley (el fuego se combate con fuego, dirían algunos).

A medida que avanza la acelerada primera parte del film, siguen apareciendo nuevos miembros del también llamado Escuadrón Suicida, con resultados inversamente proporcionales al número de villanos. Enchantress (Cara Delevigne) tiene poderes sobrenaturales, Fuego (Jay Hernandez) puede manipular, obviamente, el fuego, Killer Croc (Adewale Akinnuoye-Agbaje) es un hombre/cocodrilo, y Boomerang (Jay Courtney) es un australiano experto en... lanzar un boomerang. Si parece poco, aún falta mencionar a Rick Flag (Joel Kinnaman), el militar encargado de mantener al grupo en cintura, bajo la amenaza de detonar un explosivo en sus cuellos si decidiesen escapar, así como a Katana (Karen Fukuhara), cuya habilidad ya no debe ser difícil de descifrar.
            

Parte del encanto de un film de esta clase yace en mostrar los choques de personalidad que ocurren cuando un grupo tan disímil como éste es obligado a trabajar en conjunto, pero el guión poco se preocupa en mostrar nada de esto. Se asume que los villanos son un buen equipo por ser todos igualmente malos, pero sólo existe química real entre Harley Quinn y Deadshot, gracias a que Margot Robbie y Will Smith emanan el encanto, e incluso la tensión sexual, necesarios para vender la idea de que dos psicópatas se ayuden el uno al otro.

Hablando de psicópatas, la mayor expectativa del film giraba en torno a la interpretación de Jared Leto como el Guasón, pero el personaje tiene un rol tan limitado que resulta injusto juzgar al actor, otra víctima de la intervención excesiva del estudio en la versión final del film. Sus escenas son mayoritariamente flashbacks que explican su relación con Harley Quinn, y al menos lo poco que vemos del Guasón resulta interesante, a pesar de su completa irrelevancia dentro de la trama principal.
Why So Serious? (We wish).
El tono del film es inconsistente. No llega a ser muy irreverente ni particularmente divertido, pero tampoco puede considerarse macabro u oscuro. La edición tampoco ayuda, pues en varias oportunidades cuesta ubicarse en el tiempo y el espacio de lo que ocurre en pantalla. Cuando comienza la misión principal del grupo, no hay nada que distinga a esta aventura de cualquier otra batalla por salvar al mundo, una constante en filmes de súper héroes que pierde mayor atractivo con cada película que intenta repetir la misma hazaña. Los trailers nos hicieron pensar que presenciaríamos una visión distinta y original, pero el resultado no sólo es más de lo mismo, sino una mala versión de más de lo mismo.

En contadas ocasiones a lo largo del film se esconde una película mucho más interesante. Batman (Ben Affleck) aparece en un par de escenas, pero su presencia es percibida a través de los ojos de los villanos. Resulta fascinante ver al caballero de la noche en un rol antagónico, particularmente en la escena junto a Deadshot, pero en lugar de aprovechar la oportunidad para explorar la retorcida psiquis de Harley y El Guasón, hay que presenciar una escena de acción para cumplir con la respectiva cuota de choques y explosiones. Cuando todo termina, queda el consuelo de las buenas interpretaciones de Robbie, Smith y Davis, pero Suicide Squad se queda corta en diversión y maldad, al tiempo que hunde más las expectativas de que este intento de universo cinematográfico no se derrumbe sobre su propia mediocridad.

Puntuación: 2 de 5.