Buscar este blog

viernes, 13 de diciembre de 2013

CAPTAIN PHILLIPS: El capitán se hunde con sus secuestradores


Las películas basadas en hechos reales suelen despertar suspicacia cuando pasan por el filtro hollywoodense, amante de romances épicos, acción por doquier y finales felices. Paul Greengrass, director de un par de cintas de la saga de Bourne y de la inolvidable "United 93", suele tener un acercamiento diferente hacia su trabajo. Su sello característico es la cámara en mano, personaje omnisciente que ubica al espectador en el mismo plano, usualmente caótico, de los protagonistas. Su técnica le aporta a sus obras un estilo documentalista, ideal para contar historias como la de "Captain Phillips", película basada en el secuestro de un barco norteamericano, ocurrido en 2009 en la costa marítima de Somalia.

La estética, sin embargo, no es el elemento diferenciador que saca a esta cinta del molde comercial, aún cuando cuenta con los elementos necesarios para captar a todo tipo de audiencia. La historia de Richard Phillips (Tom Hanks), capitán del barco de carga MV Maersk Alabama, no se enfoca sólo en los ¨buenos¨ de la trama, sino que muestra también la perspectiva de los secuestradores, a través de los ojos del líder Muse () y su trío de secuaces. Por encima de lo repudiable de sus acciones, los piratas somalíes no son menos rehenes que la tripulación del barco, pues deben rendir cuentas a quienes controlan sus operaciones criminales.


Es gracias a la humanización de ambos lados que Greengrass ha creado un thriller como pocos, colocándonos en medio del océano en una situación donde cualquier error marca la diferencia entre vivir o morir. La dinámica entre Phillips y Muse, ambos capitanes de sus grupos y con una misión que cumplir, permite que dos hombres de orígenes totalmente distintos negocien y, hasta cierto punto, se entiendan. Ésto no los hace iguales pero sí los coloca en un mismo plano. Philips es un hombre que intenta atenerse a las normas dentro de una situación impredescible, todo con el propósito de resguardar a su tripulación y deshacerse de sus captores con la mayor prisa posible. Por su parte, Muse desea sacar la mayor ganancia económica para garantizar su supervivencia y la de sus compañeros.

Hanks interpreta a Phillips sin vestigios de heroísmo. Este es su papel más exigente en más de una década, en la cual se ha dedicado en paralelo a producir y dirigir. El somalí Barkahd Abdi es una revelación en la cinta, dominando la pantalla con seguridad y siempre a la altura de su co-protagonista, a pesar de no tener experiencia previa como actor. Dedicar un poco más de tiempo a Muse como personaje hubiese abierto la puerta a una historia un tanto más profunda, pero el ritmo natural de un film de este tipo da poco espacio para diálogos largos o expositivos. 

El acto final da lugar a una situación aún más tensa y complicada para Phillips y sus secuestradores, permitiendo al director manejarse con experticia en secuencias con múltiples escenarios y personajes, todas enfocadas en resolver la situación de rehenes de la forma que sea necesaria. Las impactantes tomas abiertas que muestran gigantescas embarcaciones son editadas junto a planos íntimos y frenéticos de los personajes, demostrando cómo una operación, ilegal pero no ajena para sus ejecutores, se convierte en un conflicto internacional en cuestión de horas. Quedará de parte de los involucrados determinar si la historia se apega a la realidad, pero la autenticidad detrás de su realización se refleja en una excelente obra de suspenso, con final hollywoodense incluído.

Puntuación: 4.5 de 5.
 



viernes, 15 de noviembre de 2013

THOR: THE DARK WORLD - Juego de tronos en Asgard



Sólo han pasado dos años desde la primera encarnación de Thor y la multimillonaria fábrica de franquicias en que se ha convertido Marvel nos brinda ahora la tercera entrega del personaje. "Thor: The Dark World" contiene un buen número de elementos memorables y una cantidad considerable de desaciertos, aunque el director Alan Taylor demuestre una gran habilidad para maquillarlos. Thor (Chris Hemsworth) se encuentra de vuelta en Asgard, ejerciendo sus labores como defensor de los nueve reinos mientras espera su pronto ascenso al trono de su padre, el rey Odin (Anthony Hopkins). Dicha labor lo ha mantenido alejado de Jane Foster (Natalie Portman), quien intenta seguir adelante con su vida, profesional y amorosa, debido a que el semidios no ha dado señales de vida, aún cuando estuvo de paso por Nueva York, combatiendo a un ejército alienigena.

Gracias a un prólogo bastante explicativo, conocemos sobre la existencia de los elfos oscuros, quienes hace millones de años dominaban el cosmos. Los elfos fueron vencidos y desterrados por Bor, el padre de Odin, luego de que éste los despojara del Ether, la fuente de su poder. Debido a un fenómeno sobrenatural cerca de Londres, Jane queda infectada por esta sustancia, tras cruzar lo que parece ser un portal transdimensional. Ésto es razón suficiente para que Thor la traiga consigo a Asgard, pues el rey elfo Malekith (Christopher Eccleston) buscará extraer el Ether del cuerpo de Jane para recuperar su poder. Lo que sigue es un espectacular ataque a Asgard por parte de los elfos oscuros, debido al cual Thor pide ayuda a su hermano Loki (Tom Hiddleston), preso en los calabozos de Asgard por su intento de asesinar al rey y de destruir a la raza humana.

La campaña publicitaria del film ha enfatizado la presencia de Loki en el film, no sólo porque el villano es tan reconocible como cualquier otro Vengador, sino por la excelente interpretación de Hiddleston. Loki está en pantalla por quizás un tercio de película, pero su presencia es la más memorable de todas. El actor maneja con humor e ironía la ira y tristeza de su personaje, hijo adoptado de Odin que creció bajo la mentira de ser igual a su hermano, sabiendo que nunca podría aspirar al trono de Asgard. En esta oportunidad, la relación con su madre, Frigga (Rene Russo), le aporta un dejo de bondad a este resentido miembro de la familia real, pero sin dejar de lado su maquiavélica personalidad.



La relación amor/odio entre Thor y Loki es las más interesante de la historia, particularmente cuando Thor parece adoptar algunas de las malas mañas de su hermano. Lo mismo no se puede decir de la pareja conformada por Thor y Jane, pues el guión no se ocupa mucho de desarrollar su relación. En momentos, Jane es una mujer fuerte e independiente y en otros es la damisela en apuros, pero el conflicto alrededor de su posesión por una sustancia mortal nunca alcanza un nivel dramático satisfactorio, sino que funciona para hacer avanzar la trama y es descartado cuando ya no hace falta. Como resultado, una decisión por parte de Thor al final de la historia carece de relevancia, aunque un giro inesperado en los últimos segundos oculte esta debilidad.

El villano Malekith y su raza de elfos oscuros fungen como amenaza a Asgard y los nueve reinos, pero como personaje Malekith no tiene mayores matices. Para variar, desea apoderarse del mundo, o del universo, en venganza a sus enemigos. Este tipo de tramas suelen ser interesantes cuando hay elementos antagónicos entre el héroe y el villano de la historia, por lo que la amenaza en este caso se siente algo ajena y desenfocada. Al menos las escenas de acciún bien ejecutadas compensan la falta de originalidad, el ataque a Asgard es la secuencia mas vistosa, en particular cuando Heimdall (Idris Elba) acaba con una nave enemiga con tan sólo un cuchillo. Además, Asgard luce mucho mas auténtica y tangible que en la primera cinta, gracias a un aumento en el presupuesto de esta entrega.

El tercer acto se desarrolla de forma ingeniosa entre los nueve reinos, intercalando batallas con dosis de humor bastante necesarias, aunque a veces ronden en lo caricaturesco. Darcy (Kat Jennings) y el Dr. Erik Selvig () le brindan ligereza a las escenas en la Tierra en contraste con la seriedad de todo lo demás, en especial cuando Loki no está presente. Curiosamente, la escena al final de los créditos parece haber sido intercambiada por la escena al final de la historia, lo que habla bien del poder de una y las carencias de la otra, resumiendo así los altibajos de esta entretenida pero imperfecta secuela.

Puntuación: 3.5 de 5.

Más sobre "Thor: The Dark World":
- La historia detrás del "cameo" de otro Vengador. (MTV news)
- Cómo "Games of Thrones" influeció a Thor. (io9.com)


viernes, 8 de noviembre de 2013

GRAVITY: EN EL ESPACIO, SÓLO GEORGE CLOONEY PUEDE ESCUCHARTE

Este post va dedicado a la memoria de mi segundo padre, Jesús Alberto Garrillo, cuya integridad y valores me guiarán siempre en mi desempeño como esposo y, con el favor de Dios, algún día como padre. Señor Jesús, gracias por compartir uno de sus grandes tesoros conmigo. Honraré ese regalo por el resto de mis días.


Un grupo de astronautas realiza una operación rutinaria de reparación a un satélite espacial. Un plano secuencia nos coloca en primera fila junto a dos de ellos mientras laboran con el planeta Tierra como paisaje de fondo. Matt Kowalski (George Clooney) y Ryan Stone (Sandra Bullock) conversan e incluso flirtean desde sus poco sensuales trajes espaciales, enfocados en su misión de turno. Un mensaje desde la NASA, cortesía de la voz de Ed Harris (guiño a "Apollo 13"), les informa que deben abortar su misión, pues una explosión controlada de un satélite ruso ha desprendido una inmensa ola de escombros espaciales que vuela directo hacia ellos a alta velocidad. El caos se apodera de la escena y en cuestión de segundos, Ryan se encuentra flotando sin rumbo y sin frenos en el infinito del espacio, con la voz de Matt como única guía y compañía.

Revelar más sobre la trama arruinaría la experiencia que es "Gravity". El mexicano Alfonso Cuarón ha creado una pieza magistralmente coreografeada que nos atrapa sensorialmente desde sus primeros minutos. La tensa armonía del film demuestra un manejo excepcional de las herramientas artísticas y técnicas con las que contó el director, talento que ya ha dado indicios de grandeza en sus obras "Y tu mamá también", "Children of Men"y "Harry Potter y el prisionero de Azkaban", pero que se eleva a nuevos niveles de experticia en esta oportunidad.

Para las escenas en el espacio, Cuarón filmó sólo los rostros de los actores, lo que le brindó la libertad de emplear sus ya característicos planos secuencia, es decir sin cortes, como mejor se le antojase. La cámara es el tercer personaje en esta historia, convirtiendo al espectador en testigo y protagonista de un viaje de supervivencia en contra-reloj, en un ambiente donde nadie ni nada puede sobrevivir. La destreza técnica del film destila años de preparación que se reflejan en cada uno de sus elementos.
Por su parte, el uso del 3D alimenta la intención de llevar de la mano a la audiencia a lo largo de esta travesía. Las nociones de perspectiva y distancia se amplifican gracias a la cinematografía de Emmanuel Lubezki, por lo que "Gravity" también se ubica dentro de un selecto grupo de cintas, entre ellas "Avatar" y "Life of Pi", que merecen ser vistas en tres dimensiones.


El punto de vista narrativo se centra en el personaje de Bullock, quien muestra de nuevo sus dotes dramáticas en un rol demandante y con pocos elementos de inspiración para cualquier actor. La integración casi orgánica entre actores y efectos visuales lograda por Cuarón puede opacar al talento requerido para realizar una interpretación convincente, pero la actriz atina con gracia y sutileza los tonos emocionales de su personaje y nos brinda una de sus mejores actuaciones. A pesar de que su papel es más limitado, Clooney emana su gracia de costumbre y genera un contrapeso emocional necesario y bienvenido.

Aunque los elementos dramáticos de la trama no se alejan de lo convencional, la tensión crece con cada secuencia. Aún cuando algunas decisiones o situaciones lucen implausibles, la atención al detalle refleja un esfuerzo exhaustivo por obedecer las leyes de la física, lo que beneficia al suspenso de la cinta cada vez que Ryan intenta sostenerse de objetos que viajan a altas velocidades o cuando gira desenfrenadamente sin capacidad de detenerse. Sumado a esto, el diseño de sonido se mantiene también desde la perspectiva de la protagonista, por lo que grandes explosiones no emiten ruido alguno pero los latidos del corazón y la respiración de Ryan se escuchan a ritmos de infarto. En un par de ocasiones noté que mi respiración iba al mismo ritmo que el suyo, lo que refuerza la opinión de que "Gravity" eleva el género cinematográfico y lo convierte en una experiencia. No es la primera película en lograrlo, pero qué bien lo hace.

Puntuación: 5 de 5.

Más sobre "Gravity":

- Una guía a los efectos digitales de "Gravity". (fxguide.com
- Los aciertos y errores de "Gravity". (New York Times)


sábado, 5 de octubre de 2013

THE WOLVERINE: ¿Quién necesita al resto de los X-Men?


Han pasado 13 años desde que los X-Men dieran el salto de las páginas de los comics a las pantallas de cine, en la que fuese una de las precursoras del gran boom de películas de súper heroes que ha invadido al cine de Hollywood en la última decada. Apartando contadas excepciones en los años 90, entre ellas las "Batman" de Tim Burton o la saga de "Blade", el género era considerado infantil e inferior, en términos dramáticos, a las producciones importantes del cine norteamericano. Todo esto cambió con la "X-Men" de Bryan Singer. El drama de los mutantes, excluidos de la sociedad debido a sus extraños dotes, representó una clara analogía para todo aquel que no encaja dentro de las convenciones y expectativas de su entorno.

El mundo conoció entonces a Hugh Jackman. El hombre X más popular de los comics se convirtió también en el rostro (y las garras) de la franquicia, tanto así que su más reciente película, "The Wolverine", es la sexta ocasión en que Jackman interpreta al personaje. Esta no es una historia de origen como la fallida "X Men Origins: Wolverine", sino una semi-secuela de "X-Men: The Last Stand", con la diferencia de que por primera vez el enfoque de la trama se centra exclusivamente en Wolverine, sin intención de introducir nuevos personajes para lanzar nuevas franquicias (Deadpool y Gambit fueron el gran fiasco de "Origins").

El cambio de foco es sin duda el adecuado, algo que beneficia enormemente al film y revitaliza a los X-men en tiempos donde ciertos vengadores acaparan el escenario. Jackman además cuenta ahora con la madurez adecuada para el personaje, el cual ha vivido por casi dos siglos gracias a su don regenerador de células que le impide envejecer y le permite sanar todo tipo de heridas en cuestión de segundos. El dolor, sin embargo, no es algo de lo que Wolverine está exento, lo que se hizo evidente con la muerte de Jean Grey (Famke Janssen), de vuelta en esta entrega a través de las visiones que invaden a Logan mientras duerme.



El escenario en esta oportunidad es Japón, con un guión inspirado en el comic "Wolverine" de 1982, ilustrado por Frank Miller. Wolverine fue un prisionero en la Hiroshima de la 2da guerra mundial, poco antes de que EE.UU. arrasara con la isla mediante la bomba atómica. Ante la inminencia del bombardeo, un joven guardia llamado Yashida (Ken Yamamura) libera a Logan, pero ante la imposibilidad de escape éste protege a Yashida de la explosión con su propio cuerpo, sufriendo horribles quemaduras pero salvando sus vidas. El joven soldado vive para convertirse en el hombre más poderoso de Japón, dueño de una gigantesca corporación con lazos en la mafia de Tokio. En su lecho de muerte, Yashida (ahora Hal Yamanouchi) envía a Yukio (Rila Fukushima) a Norteamérica en busca de Logan, con el fin de ofrecerle el obsequio que Wolverine jamás obtendrá: la mortalidad.

Las cosas se complican cuando Mariko (Tao Okamoto), la nieta de Yashida, es secuestrada en el funeral de su abuelo. Sin querer involucrarse pero actuando por instinto, Logan acude al rescate, dando pie a una persecución espectacular sobre el tren bala de Tokio en la que es sin duda la mejor secuencia de la película. Una vez juntos, Logan y Mariko buscan descubrir a los responsables del ataque. Aunque lo intente, los fantasmas del pasado no dejan de perseguir a Logan, quien antes de viajar a Japón vivía solo en una montaña para evitar lastimar a cualquier ser querido. Cada bala, cuchillo, sable o flecha que atraviesa su cuerpo es un recordatorio de su prisión eterna y en esta oportunidad estos son más frecuentes e intensos que en todas las cintas anteriores.

James Mangold, director con un variado repertorio ("Walk the Line", "3:10 to Yuma"), aprovecha la ventaja que le brinda el escenario japonés para contar una historia desligada del resto del universo de los X-Men. Gracias a esto, "The Wolverine" cuenta con la mejor encarnación del personaje hasta ahora. El acto final divaga un poco debido a un escenario que parece sacado de un film de James Bond, con femme fatale mutante incluida, pero estas distracciones no opacan a la continua evolución de Jackman como actor dramático, así se trate de un súper héroe con garras de adamantio.  La escena post créditos da pie a la próxima "X-Men: Days of Future Past",  generando tantas o mas expectativas que las que provocara la conversación entre Nick Fury y Tony Stark en la primera "Iron Man". Los X-Men no piensan quedarse atrás de sus colegas Vengadores.

Puntuación: 4.25 de 5.

Más sobre The Wolverine:
- Entrevista a Hugh Jackman en el set.
- Cómo se logró la escena post-creditos. (spoilers)


domingo, 22 de septiembre de 2013

THE BUTLER: EL MUNDO A TRAVÉS DE LOS OJOS DE FOREST... WHITAKER.


La lucha por la igualdad de los derechos civiles en Estados Unidos tuvo su punto crítico con el asesinato de Martin Luther King Jr. en 1968. Sin embargo, su relevancia trasciende hasta hoy cuando por primera vez gobierna un presidente afroamericano en dicha nación. Hollywood ha abordado el tema del racismo en EEUU en numerosas ocasiones, con exitosas y galardonadas películas como "Malcolm X" y "The Color Purple". "The Butler", de Lee Daniels, es un film ambicioso que busca ubicarse entre un grupo selecto de obras que reflejan la lucha de la principal minoría de Norteamérica, aunque se queda corto debido a su falta de sutileza y exceso de personajes. La comparación más acertada sería con "Forrest Gump", pues enfoca las vivencias del movimiento por los derechos civiles a través de los ojos de su protagonista, Cecil Gaines (Forest Whitaker), personaje inspirado en un mayordomo afroamericano que sirvió a más de media docena de presidentes en la Casa Blanca desde 1952 hasta 1986.

Durante su niñez, Cecil ve morir a su padre a manos de un patrón abusivo que viola a su madre (Mariah Carey). La piadosa madre del asesino, interpretada por Vanessa Redgrave, acoge a Cecil y lo enseña a ser un "negro de casa", es decir un sirviente refinado a cargo de las labores dentro del hogar. Ya como adulto, Cecil consigue su primer empleo como sirviente bajo la tutela de un mayordomo (Clarence Williams III) para luego trabajar en el hotel Ritz de Washington DC y, eventualmente, en la Casa Blanca. El arduo trabajo de Cecil le permite ser el soporte de su esposa y sus dos hijos varones. 



Las dinámicas más interesantes de la historia se presentan entre Cecil y su familia. El mayor de sus hijos, Louis (David Oyelowo) siente vergüenza por la labor que desempeña su padre, sirviente de grandes hombres blancos en tiempos donde la opresión a los negros es más cuestionada que nunca. Se establece así el contraste entre la pasividad y resignación de Cecil para adaptarse al status quo frente a la rebeldía de su hijo, quien se convierte en activista político y acompaña a Martin Luther King Jr. en su cruzada por la equidad. Por su parte, la esposa de Cecil (Oprah Winfrey) intenta equilibrar la terquedad de su esposo con la rebeldía de su hijo mayor, aportando un punto de vista sensato dentro de la rivalidad entre Cecil y Louis. 

El elemento más tosco de The Butler es la representación de la vida de Cecil como mayordomo de la Casa Blanca. Por la pantalla desfilan los actores Robin Williams, James Marsden, Liev Schreiber, John Cusack, y Alan Rickman, interpretando a varios de los presidentes norteamericanos. En este sentido, la película abarca un período tan largo que se limita a mostrar figuras reconocibles sin mucho desarrollo, enfocándose a cambio en la presencia pasiva de Cecil ante momentos históricos claves para la trama. Su relación con Ronald Reagan es la única que provoca un cambio substancial en su vida como sirviente negro, pero debido a la prisa de pasar al siguiente punto de la trama este segmento de la historia no tiene el impacto emocional esperado.

Otros personajes interpretados por Lenny Kravitz, Cuba Gooding Jr. y Terrence Howard sufren el mismo trato apresurado y superfluo. El resultado es un filme entretenido pero que trata de abarcar demasiado, con una historia sin duda poderosa que en manos más habiles habría conformado una película más centrada y efectiva. Whitaker, Winfrey y Oyelowo mantienen el barco a flote, si tan sólo el guión se hubiese enfocado en esta triada, en lugar de mostrar una cara conocida o momento histórico cada dos o tres escenas, The Butler habría podido alcanzar la relevancia que aspira tener.

Puntuación: 3 de 5.

Más sobre ¨The Butler¨:
- Artículo de Forbes: The Butler presenta un retrato inadecuado de Ronald Reagan.
- Artículo de CNN: 10 Secretos sobre The Butler.

viernes, 30 de agosto de 2013

BLUE JASMINE: MUJER AL BORDE DE UN ATAQUE DE CORDURA


Algunos dicen que la buena vida es solo una. Existe otra, por supuesto, pero esa no es vida. Aquellos que apoyan esta filosofía suelen dar por sentada la necesidad imperativa de ciertos lujos y excesos para mantener un determinado estatus, mientras que para el resto de los mortales esos placeres resultan simplemente inalcanzables. La reciente crisis económica a nivel mundial, en conjunto con enormes fraudes financieros, ha mandado a la carcel a varios multimillonarios, dejando a sus familias expuestas al escarnio público y a una situación de "pobreza" totalmente inesperada.

En ¨Blue Jasmine¨, Cate Blanchett interpreta a Jasmine, una mujer que pertenece a la alta sociedad neoyorkina y queda en la ruina luego de que su esposo Hal (Alec Baldwin) es encarcelado por su vinculación en una estafa multimillonaria. Tras perderlo todo, Jasmine decide viajar de Nueva York a San Francisco para pasar un tiempo en casa de su media hermana Ginger (Sally Hawkins), quien desde siempre ha vivido en una situación económica apretada. En paralelo, la película cuenta el pasado y presente de la vida de Jasmine, mostrando dos momentos sumamente contrastantes en su vida: su máximo esplendor vs. el fondo del abismo.

La historia mantiene un tono de tragicomedia y gira alrededor de un personaje con un verdadero drama interno. Sin embargo, la sátira no es el foco de Woody Allen en esta oportunidad, pues el subtexto de la obra genera ansiedad incluso ante situaciones de toque humoristico. Jasmine no es una versión femenina del característico personaje neurótico interpretado hasta el cansancio por Allen, sino un manojo de nervios desatados por su incapacidad para desenvolverse fuera de su otrora burbuja de oro.



 La idea de que Jasmine algún día volverá a vivir en abundancia resulta ilusa, pues carece de cualquier tipo de habilidad laboral, sin mencionar su adicción a la bebida y su consumo descontrolado de antidepresivos, pero siempre apostamos por su éxito gracias a su exasperante ingenuidad. Blanchett es sencillamente brillante en este rol, yendo a veces a lugares más oscuros que los que el propio guión pretende alcanzar. Su interpretación eleva un material de por sí muy bien estructurado y es razón suficiente para ver la película más de una vez.

Por fortuna, el resto del reparto es igual de memorable. La dinámica de hermanas entre Ginger y Jasmine es solo una de las vertientes que Allen explora con el personaje interpretado por Sally Hawkins. Tanto su ex esposo Augie (Andrew Dice Clay), como su novio Chili (Bobby Canavalle) desconfían de la presencia de Jasmine en su vida. A los ojos de alguien como Jasmine, ambos podrían considerarse como hombres de segunda, pero son quienes aportan mayor sensatez y perspectiva en la historia.

Las películas de Woody Allen varían en calidad y estilo, realidad que no sorprende cuando este neoyorquino de 77 años tiene la capacidad de escribir y dirigir al menos una película cada año. Es acertado decir que Blue Jasmine se ubica en el renglón de las mejores obras de toda su filmografía. Son pocas las veces que ha colocado a un personaje femenino en el rol protagónico, por eso su colaboración con Blanchett es de las más interesantes que ha producido. Nadie retrata a los vecinos del Upper East Side como el gran Woody.

Puntuación: 5 de 5.

Más sobre ¨Blue Jasmine¨:

- Entrevista a Cate Blanchett en The Hollywood Reporter.

viernes, 2 de agosto de 2013

ESCLAVO DE DIOS: DOS CARAS DE LA FE


En julio de 1994, un carro bomba estalló frente a la Asociación Mutual Israelita Argentina en Buenos Aires, dejando un saldo de 85 personas fallecidas y más de 300 heridas. Las hipótesis más fuertes señalan al movimiento islámico libanés Hezbolá como responsable, pero ninguna organización terrorista asumió la autoría de dicho atentado y la policía argentina nunca encontró pruebas concretas que inculparan a una organización en particular. Alrededor de este contexto, el director Joel Novoa ubica la historia de su ópera prima, "Esclavo de Dios".

Admed Al Hassamah (Mohammed Alkhaldi) llega a Caracas, Venezuela, donde es recibido en la mansión de un hombre que se presenta como su mentor. Ambos se comunican en árabe, el idioma natal de Admed. Este misterioso mentor le ordena llevar una vida normal en dicha ciudad; trabajar, casarse y tener hijos, hasta el momento en que sea llamado para cumplir con su misión. Poco tiempo después, Admed empieza a ejercer su profesión de médico en un hospital capitalino y se casa bajo la religión cristiana con Inés (Daniela Alvarado), con quien tiene un hijo. Admed mantiene en secreto su verdadera identidad, orando a escondidas en dirección a La Meca, pero su felicidad como hombre de familia es auténtica.

El llamado no tarda en llegar y Amed deja todo atrás para irse a Buenos Aires. Allí convive con un grupo de compañeros que, como él, están a la espera de la orden para proceder con su sacrificio. Novoa muestra la interacción entre ellos como la de cualquier grupo de jóvenes que no carecen de las complejidades y nimiedades de cualquier otro mortal, decisión ingeniosa que humaniza a quienes son vistos como monstruos por la opinión pública. La convicción de cada uno de ellos no es igual, sobre todo después de experimentar una vida normal durante el largo tiempo que pasaron en anonimato.

En la misma ciudad, un agente del Mossad llamado David (Vando Villamil), se encuentra monitoreando la actividad de células terroristas islámicas en Latinoamérica, con una determinación que le permite incluso memorizar los rostros e identidades de cada uno de los hombres en su lista de más buscados. Como es de esperarse, los caminos de David y Admed se cruzan para dar comienzo a una cacería despiadada a lo largo de medio continente.


"Esclavo de Dios" muestra dos realidades antagónicas mas no disímiles: dos hombres que basan sus acciones de acuerdo a sus creencias religiosas, algo distorsionadas gracias a antecedentes traumáticos o al simple hecho de no querer entender al otro. Novoa relata una historia de suspenso muy bien construída que nos hace apostar por el bien de ambos personajes, a pesar de lo cuestionable de sus decisiones.

El crédito en el área actoral lo recibe Elia Schneider, madre de Novoa y productora del film, quien curiosamente se encargó de la dirección de un elenco excepcional de actores, entre ellos los venezolanos Laureano Olivares y Marialejandra Martín (en papeles secundarios hablando francés y hebreo, respectivamente). Quien no convence del todo en su papel de esposa sumisa es Daniela Alvarado, conocida por roles mucho más interesantes en comparación con el que desempeña en esta oportunidad. Por su parte, la ambientación en los años 90 y la dirección de arte también merecen elogios, no por su complejidad sino por la atención al detalle que le aporta una dimensión adicional de credibilidad al film.

Más allá de rechazar el asesinato de inocentes, el guión no toma partido por un lado o por otro, a pesar de lo que el CNAC (Centro Nacional Autónomo de Cinematografía) venezolano y algunos radicales quieran achacarle. El terrorismo como arma politica debe ser rechazado por cualquier ideología, más aún cuando quienes se inmolan no son precisamente los líderes poderosos de estos grupos sino por el contrario jóvenes de bajos recursos, educados y moldeados bajo una visión distorsionada de su religión. "Esclavo de Dios" no pretende resolver el eterno conflicto entre Israel y Palestina, sino abogar por el entendimiento entre dos partes que sufren igual pero no logran ser empáticos con la posición del otro, defecto que en general define a la condición humana, no sólo a quienes practican una u otra religión.

Puntuación: 4.5 de 5.

Más sobre "Esclavo de Dios":

- Entrevista a Mohhamed Alkhaldi y Joel Novoa en Chataing TV.

- Análisis de la polémica sobre la presentación del cortometraje "Palestina".

viernes, 19 de julio de 2013

WORLD WAR Z: BRAD PITT VS LOS ZOMBIES SIN SANGRE



El apocalipsis a manos de los zombies no es un tema nuevo para Hollywood. Los grotescos seres surgidos de la mente de George A. Romero hace ya varias décadas han invadido el cine, la televisión, los cómics y los videojuegos en muchas formas y tamaños. Al igual que los vampiros, suelen ponerse de moda cada cierto tiempo gracias a una que otra versión, algo distinta o innovadora, que le aporta un nuevo atractivo a un sub-género que con frecuencia se conforma con reciclar ideas. 28 Days Later, Dawn of theDead y The Walking Dead son algunos ejemplos de historias de zombies exitosas producidas en lo que va de milenio.

Sin embargo, el enfoque de la novela World War Z, de Max Brooks, es algo diferente para el g
énero. El libro consiste en una compilación de entrevistas a los sobrevivientes de la llamada guerra mundial Z a lo largo de los cinco continentes, algo nada fácil de adaptar para una versión cinematográfica épica con un presupuesto de cientos de millones de dólares que obliga a mantener una narrativa comercial y, si se quiere, convencional. El guión fue entonces adaptado con Brad Pitt como protagonista bajo la promesa de preservar el distintivo aspecto global de la novela.

Gerry Lane, interpretado por Pitt, es un padre de familia que antiguamente trabajaba como investigador para la ONU. Un violento brote de zombies lo toma por sorpresa junto a su familia en Philadelphia, donde los rescatan y llevan a un barco libre de peligro en medio del oc
éano. La seguridad de Gerry y su familia, sin embargo, no es gratuita. En la búsqueda de los orígenes de la epidemia, Gerry es enviado a Corea del Sur, donde aparentemente se hallan los restos de la primera persona infectada o "paciente cero". Las cosas evidentemente no salen como se espera y la historia lleva al protagonista a distintas partes del mundo en búsqueda de información que ayude a la humanidad a sobrevivir una inminente extinción.

 

Sin duda Brad Pitt es el motor de la película, gracias a él la historia mantiene un hilo narrativo coherente. Su rol de padre de familia, capaz de ir hasta el fin del mundo para salvar a los suyos, encaja como anillo al dedo con la imagen pública del actor, aportándole credibilidad a un personaje bastante genérico. Mireille Enos y Daniella Kertesz son las contrapartes femeninas de Pitt, la primera interpreta a su esposa y la segunda a una soldado israelí que se une a Gerry en su travesía. Ambos personajes son efectivos  agregando sensibilidad a la historia, a pesar de que la trama no se detiene por mucho tiempo a explorar el origen de casi ningún personaje.

Quien vaya al cine a ver World War Z lo har
á al menos por una de dos razones: Brad Pitt y zombies. En el segundo punto la película puede generar divisiones. Los zombies en la cinta parecen espectros poseidos, se mueven velozmente y pueden pasar de su forma humana a muertos vivientes en apenas 10 segundos, cosa que el director Marc Forster aprovecha para crear secuencias llenas de tensión, entre las que resalta un ataque a un campo de concentración en Jerusalen donde los zombies se amontonan para crear una escalera "humana" y cruzar una gigantesca muralla. Lo malo es que, con el fin de mantener una censura apta para adolescentes, la sangre no existe en esta pelicula de zombies, cosa que para los amantes del sub-género puede considerarse un sacrilegio.

No es un secreto que el acto final del film fue totalmente re-escrito y re-filmado meses despu
és de que la película culminase su etapa de producción. Los productores trajeron a bordo a Damon Lindelof, escritor de Lost y Prometheus, quien eliminó por completo la relación amorosa entre el personaje de Mireille Enos y un piloto interpretado por Matthew Fox, además de concluir con una secuencia laberíntica en un laboratorio lleno de zombies en lugar de una batalla épica en Moscú.

El desenlace  que conocemos funciona, a pesar de sentirse algo disonante por su tono de horror cl
ásico que contrasta con las escenas de accn que la película establece durante dos tercios de historia. Además, la solución que Gerry descubre para combatir a los zombies fue completamente creada a para la película y nada tiene que ver con lo planteado en la novela. Será interesante ver la versión alternativa en blu-ray y poder comparer, pero el producto final entretiene y cuenta con suficientes momentos memorables para despertar nuestro interés en futuras versiones de Brad Pitt rescatando al mundo de los zombies.

 Puntuación: 3.5 de 5 

Más sobre World War Z:

- Los cambios hechos a World War Z.

- ¿Cómo colocar 8,500 zombies digitales en una escena?

jueves, 20 de junio de 2013

MAN OF STEEL: La resurrección de Superman


Aún cuando Hollywood ha logrado sacar provecho de decenas de historias de súper héroes para crear grandes éxitos de taquilla por más de dos décadas, es llamativo que la última versión cinematográfica verdaderamente exitosa de Superman fuese estrenada hace ya 35 años, cuando Christopher Reeve hizo creer al mundo que ¨un hombre puede volar¨, tal y como lo promocionaban los anuncios de ¨Superman¨, de Richard Donner, en 1978. Tras el éxito alcanzado por ese film, así como el de Superman II un par de años después, la saga comenzó a decaer con un par de entregas muy cuestionadas que lentamente fueron apagando el interés del público. A pesar de que El hombre de acero lograra mantenerse en la palestra gracias a diversas adaptaciones televisivas, entre ellas ¨Lois & Clark¨ y ¨Smallville¨, su retorno al cine demoró más de lo que muchos imaginaron.

En 2006, los estudios Warner Bros. fracasaron en revivir a la franquicia con ¨Superman Returns¨, una decepción comercial y de crítica que no logró conectar con el público de la misma forma que lo hiciera ¨Batman Begins¨, de Christopher Nolan, un año antes. La clave del éxito, sin embargo, estaba delante de sus narices, sólo había que permitir que Nolan y su guionista David S. Goyer culminasen su excepcional trilogía de El Caballero de la Noche para enfocar su atención en el otro gran súper heroe de DC Comics. ¨Man of Steel¨ cuenta con el tutelaje de Nolan como productor, un guión escrito por Goyer y la dirección de Zack Snyder, conocido por su trabajo en "300" y "Watchmen".

Esta nueva versión comienza desde cero, con el nacimiento de Kal-El en el planeta Krypton, el cual se halla al borde de la destrucción. Su padre, Jor-El (Russell Crowe), es un científico que intenta salvar a su especie enviando a su primogénito al planeta Tierra, inyectando en éste el código genético de toda su especie. Al mismo tiempo, el General Zod (Michael Shannon) ejecuta un golpe de Estado (¿o de planeta?) en un intento desesperado por salvar al planeta, pero es apresado junto a sus aliados y exhiliado a un agujero negro en el espacio, lo cual irónicamente le salva la vida, contrario al resto de los habitantes de Krypto que perecen cuando el planeta implosiona.

Tras esta impresionante secuencia de destrucción, la historia salta directamente a mostrar a Clark Kent (Henry Cavill) en su edad adulta, contando mediante flashbacks la relación entre Clark y sus padres, (Diane Lane y Kevin Costner), así como el tormento que significó para éste crecer escondiendo sus habilidades, haciéndole sentir alienado, con miedo a ser rechazado e incluso temido por el resto de los humanos. Este nuevo enfoque le aporta una vulnerabilidad a Clark que nada tiene que ver con la kryptonita, demostrando su naturaleza más humana que alienígena. Eventualmente, Zod descrubre el paradero de Kal-El y amenaza con destruir a la Tierra si éste no se entrega.



Zack Snyder es conocido por su distintivo estilo visual, sus películas no reparan en llenar cada píxel de la pantalla con todo tipo de efectos visuales, mostrando usualmente mundos híper reales llenos de violencia donde los personajes combaten, saltan, vuelan o caen en cámara súper lenta. Buena parte de su filmografía, sin embargo, carece de una buena narrativa, siendo "Sucker Punch" el ejemplo más significativo de esta debilidad. Con "Man of Steel", Snyder se acerca más que nunca a lograr un balance entre la forma y el contenido, convirtiéndose éste en el mejor film de su carrera. Su visión de Krypton es la más completa que hasta ahora se ha mostrado, mientras que cada secuencia de acción es más intensa y absorbente que la anterior.

El guión a su vez otorga los respiros necesarios para justificar la presencia de un amplio reparto, siendo la relación entre Clark y sus dos padres, Jor-El y Jonathan Kent, el foco emocional y de motivación para el protagonista. Quienes están acostumbrados a la dinámica entre Lois y Clark quizás salgan decepcionados, ya que en esta historia de origen queda poco espacio para desarrollar su relación, aunque Amy Adams demuestra una vez más que puede aportarle fuerza a cualquier papel. Al menos, al final de la película se muestra un buen indicio de que la segunda parte profundizará en este flanco.

Se habla mucho por internet acerca del final de la película, donde Superman toma un decisión que, para los ojos de muchos, va en contra de la esencia de lo que representa el personaje. Incluso el propio Nolan admitió haberse opuesto a este giro, siendo después persuadido por Goyer y Snyder. El desenlace, sin embargo, lleva una carga dramática adecuada y ciertamente afectará las decisiones de Superman en un futuro. Además, la destrucción maniaca provocada por Zod no le dejó muchas alternativas.

Puntuación: 4.75 de 5

Más sobre "Man of Steel":

- Behind The Scenes de 13 minutos.

- A Christopher Nolan no le agradaba el final de Man of Steel




jueves, 30 de mayo de 2013

IRON MAN 3: Tony Stark se libera



Luego del monumental éxito obtenido por The Avengers, Marvel inicia la Fase 2 de expansión de su universo cinematográfico con Iron Man 3. Robert Downey Jr. y su ya icónico personaje, Tony Stark, regresan en la que es la quinta aparición del personaje en tan sólo 5 años, algo que fácilmente podría despertar dudas sobre el riesgo de sobre-exposición del excéntrico súper héroe a la audiencia. Afortunadamente, los guionistas fueron capaces de desarrollar una historia que, si bien hace referencia a los films previos, cuenta con un enfoque centrado y autónomo, en lugar de mostrar sólo una pieza de otro rompecabezas, como fuera el caso con Iron Man 2.

Tony Stark se halla sufriendo de ataques de pánico producto del estrés post traumático que le generó estar al borde de la muerte para neutralizar una amenaza alienígena durante el desenlace de "The Avengers". La historia comienza con un flashback a 1999 con Stark en una fiesta de año nuevo en Suiza, donde un científico llamado Aldrich Killian (Guy Pearce) le hace una propuesta de negocios que el playboy multi millonario rechaza rápidamente para fugarse con su conquista de la noche, una joven científica llamada Maya Hansen (Rebecca Hall). Como es de esperarse, la actitud déspota de Stark le costará caro en un futuro.

De vuelta al presente, un grupo terrorista causa estragos con un ataque mortal en el centro de Los Angeles, dejando en estado crítico a Happy (Jon Favreau), el guardaespaldas de Tony. El autor de estos ataques se auto denomina el Mandarín (Ben Kingsley), un hombre temerario que amenaza con aleccionar al mundo occidental por los abusos que sus gobiernos han cometido en nombre de la paz y el bien. Stark reta personalmente al Mandarín, quien responde con un ataque a su ultra moderna mansión en una impresionante secuencia que marca la pauta para el oscuro camino que el héroe deberá afrontar.


Sin revelar mucho más, Iron Man 3 cuenta con una trama bastante compleja, pero su epicentro no son sus coloridos villanos ni un superficial triángulo amoroso, sino el propio Tony Stark: ya no tan joven, mucho más vulnerable y con algunos traumas sobre sus hombro, Downey Jr. encarna la versión hasta ahora más humana del personaje. Las escenas de acción abundan, resaltando entre ellas un rescate aéreo realizado en su mayoría con acrobacias reales, así como un acto final que nada tiene que envidiar a la batalla en Nueva York de "The Avengers", pero el enfoque se mantiene siempre en la transformación de Stark y el peso que arrastra consigo por sus errores pasados. Si la saga concluyese con esta entrega, que no es el caso, sería una despedida mas que satisfactoria al súper héroe.

Los villanos también cuentan con el desarrollo más sustancioso que hasta ahora han tenido los antagonistas de Iron Man. El Mandarín de Ben Kingsley es ciertamente el más controversial, ya que su historia se desvía considerablemente de su contraparte en los comics, aunque la interpretación de Kingsley compensa por cualquier decepción al respecto. Aldrich Killian, por su parte, comienza como una mala versión de El Acertijo de Jim Carrey, pero a medida que la trama avanza su personaje se convierte en una versión oscura del propio Stark, lo que lo proyecta como un enemigo formidable y memorable. Además, los personajes recurrentes de Pepper (Gwyneth Paltrow) y James Rhodes (Don Cheadle) cuentan con el suficiente tiempo en pantalla para mantenerse como miembros claves en la saga.

La batuta de director en esta entrega fue otorgada a Shane Black, escritor de la primera Lethal Weapon y de otros conocidos films de acción de los años 90. Black fue una escogencia arriesgada para una película de este tipo, pero su experiencia en combinar acción con humor negro ciertamente recarga de energía a la franquicia y encaja como anillo al dedo con el estilo tan característico de Downey Jr.

Aunque Iron Man 3 no carece de fallas menores, entre ellas un cierto exceso de personajes y una trama en momentos muy complicada, es un film superior en todo sentido a la desorientada "Iron Man 2". Este episodio confirma el éxito de Marvel en continuar incrementando su repertorio de súper héroes en la gran pantalla. La Fase 2 comienza con buen pie y Tony Stark se mantiene, hasta ahora, como el personaje más interesante de este universo.

Puntuación: 4.5 de 5.

Mas sobre Iron Man 3:

- Entrevista a Shane Black en Empire Online.

- ¿Sufre Tony Stark de estrés post traumatico?

- La fisica detras del rescate aéreo de Iron Man 3.



jueves, 16 de mayo de 2013

DISCONNECT: INTERNET COMO ARMA DE DOBLE FILO


Uno de los males más característicos en las sociedades de la segunda mitad del siglo XX es la paranoia. Gobiernos opresores o maliciosas corporaciones están siempre al acecho de todos los ciudadanos decentes para mantenerlos en cintura, aunque éstos no lo sepan. El gran hermano, pues, todo lo ve con fines presuntamente oscuros, porque no pueden tener otro tono. Internet, por su parte, ha democratizado esta paranoia. En el siglo XXI, las redes sociales se han convertido en una puerta para exponer todo sobre nuestras vidas frente a todo el que se considere nuestro "amigo" e incluso a la vista de completos desconocidos.

Esta visión por demás fatalista es la inspiración de Disconnect, película que quiere mostrarnos los peligros a los que nos exponemos cada vez que publicamos algo en Facebook, chateamos con un extraño o navegamos por sitios de dudosa moralidad. Henry Alex Rubin, director nominado al Oscar por el documental Murderball, salta al formato de ficción para contar tres historias inspiradas en situaciones verdaderas que se relacionan con el (mal) uso del Internet.

En uno de los relatos, una pareja treintañera (interpretada por Paula Patton y Alexander Skarsgård) intenta superar el reciente fallecimiento de su hijo, lo que lleva a la esposa, movida por el desasosiego, a entablar una relación amistosa con un desconocido via internet. Eventualmente éste obtiene toda la información necesaria sobre la pareja para cometer un fraude y vaciar sus cuentas bancarias. Por otro lado, un adolescente introvertido (Jonah Bobo) sufre una broma pesada cuando dos de sus compañeros de clase crean un perfil falso de Facebook y se hacen pasar por una chica que dice estar enamorada de él. La última historia muestra a una periodista (Andrea Riseborough) que busca destapar una red de pornografía de menores por internet a través de un joven que se gana la vida desnudándose frente a una webcam.

Aunque las historias se entrelazan mediante algunos personajes, el leitmotiv de Disconnect es la desconexión que experminentan al estar inmersos en sus computadoras y celulares a todo momento. El padre del adolescente acosado (Jason Bateman) es ciego a los abusos que éste sufre; los esposos estafados son cada vez más distantes entre sí en lugar de compartir su dolor; la periodista no piensa en las repercusiones que el joven puede sufrir al ser expuesto a los medios como un trabajador sexual.

 

Cuando la broma pesada se convierte en tragedia, el film alcanza su punto dramático más poderoso. Lamentablemente, lo que sucede después nos hace sospechar que el director y el guionista no conocen bien cómo funciona una red social como Facebook. A pesar de lo fácil que es identificar la diferencia entre un perfil auténtico y uno falso para cualquiera que utilice Facebook con relativa frecuencia, los personajes permanecen ciegos a este hecho por demasiado tiempo.

Inicialmente, las tres premisas resultan interesantes gracias a la facilidad con la que cualquier internauta puede identificarse con los conflictos que sufren los personajes, pero la película pierde coherencia a medida que la trama avanza. Patton y Skarsgård mantienen una dinámica interesante hasta que su historia se extiende a un punto inverosímil que le resta fuerza al drama que viven. Riseborough es convincente en su interpretación de periodista ambiciosa (porque así son todos los periodistas en el cine), aunque la pornografía de menores es un tema que no termina de encajar junto a las otras dos historias.

En general, Disconnect es un film entretenido que sataniza el uso del internet y las redes sociales con demasiada rigidez y algo de ignorancia. Las ideas que plantea son ciertamente interesantes y adecuadas para las audiencias de hoy pero, en aras de hacer un film comercial, son llevadas a extremos dramáticos que le restan autenticidad. La paranoia en este caso es explotada para manipular, pero no logra convencer.

Puntuación: 2.5 de 5.

Mas sobre Disconnect:
- Jason Bateman habla sobre cyber-bullying.
- Entrevista al director Henry Alex Rubin.







miércoles, 8 de mayo de 2013

NO, CRÓNICA DE UNA ELECCIÓN INGANABLE


La dictadura de Augusto Pinochet, que comenzara en Chile en 1973, tuvo un sorpresivo final cuando en 1988 la presión internacional obligó a su gobierno a realizar un plebiscito donde se le consultaría al pueblo si deseaba su continuidad como gobernante de la nación. Llegar hasta allí, sin embargo, costó las vidas de miles de ciudadanos que durante años se opusieron a su régimen de derecha extrema. La película No, de Pablo Larraín, se enfoca en los meses previos al plebiscito desde un ángulo distinto: la campaña electoral a favor de la opción del No, herramienta clave para el éxito de la oposición en dicho proceso.

René Saavedra, interpretado por Gael García Bernal con acento chileno, es un antiguo exilado político que vuelve a Chile a trabajar como creativo publicitario. Cuando se aprueba la realización del plesbiscito, René es invitado a participar en la campaña por el No, algo que no le agrada a Lucho (Alfredo Castro) su jefe pinochetista que a su vez está involucrado en la campaña por el Sí. Las condiciones de la campaña publicitaria determinaban que cada opción tendría 15 minutos de propaganda en los canales de televisión durante cada noche, por lo que el equipo debía idear y producir contenido para llenar dicho espacio, a pesar de contar con muy bajas probabilidades de éxito.

Promover el concepto de democracia como un producto para el pueblo chileno provoca en un principio el rechazo de los propios partidarios de la izquierda, quienes consideran que la oposición debe aprovechar esos 15 minutos diarios para denunciar los abusos de la dictadura y no para mostrar gente sonriendo, celebrando y divirtiéndose.



Es aquí donde Larraín aprovecha la estética del film, grabado en formato U-matic 3:4, reminiscente a la calidad visual de la televisión en esa década. Buena parte de la historia se enfoca en los tras cámaras de Saavedra y su equipo grabando los anuncios, con el componente adicional de que muchos de los actores son los originales. De igual forma, figuras prominetes que participaron en la campaña participan en la película, aún cuando su edad no corresponde al tiempo en el que la historia se desarrolla. Editar el material grabado por Larraín con el de las cuñas y programas que salieron al aire en ese momento es un recurso utilizado de forma muy inteligente y creativa que le da un sentido de inmediatez y actualidad a la película.

La trama procura abordar todos los puntos de vista posibles, desde el ciudadano común que apoya al gobierno de Pinochet por los beneficios que le proporciona hasta el de los izquierdistas que han perdido todo por su posicion adversa al gobierno. El personaje principal se ubica en terreno un tanto neutral en un principio, enfocado en su trabajo y desentendido del tema político tras habérsele permitido regresar a Chile. Saavedra es quizás el reflejo más fiel del chileno de clase media del momento, viviendo una vida relativamente cómoda pero a costa de hacerse la vista gorda ante los atropellos y abusos oficiales hacia todo el que piense diferente.

La influencia de la cultura pop en la campaña que ayudó a derrocar una dictadura muestra de forma clara que Chile estaba listo para nuevos tiempos, algo que el propio Pinochet tuvo que aceptar. Es poco común que los pueblos acaben con gobiernos opresores, estos usualmente se caen solos, pero gracias a la confianza de unos pocos en abordar la campaña desde una perspectiva progresista, un pueblo resignado despertó para nunca más mirar hacia atrás.

Puntuación: 5 de 5.

Más sobre NO:
- Entrevista a Pablo Larraín durante el Festival de Cine de Nueva York.