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sábado, 5 de octubre de 2013

THE WOLVERINE: ¿Quién necesita al resto de los X-Men?


Han pasado 13 años desde que los X-Men dieran el salto de las páginas de los comics a las pantallas de cine, en la que fuese una de las precursoras del gran boom de películas de súper heroes que ha invadido al cine de Hollywood en la última decada. Apartando contadas excepciones en los años 90, entre ellas las "Batman" de Tim Burton o la saga de "Blade", el género era considerado infantil e inferior, en términos dramáticos, a las producciones importantes del cine norteamericano. Todo esto cambió con la "X-Men" de Bryan Singer. El drama de los mutantes, excluidos de la sociedad debido a sus extraños dotes, representó una clara analogía para todo aquel que no encaja dentro de las convenciones y expectativas de su entorno.

El mundo conoció entonces a Hugh Jackman. El hombre X más popular de los comics se convirtió también en el rostro (y las garras) de la franquicia, tanto así que su más reciente película, "The Wolverine", es la sexta ocasión en que Jackman interpreta al personaje. Esta no es una historia de origen como la fallida "X Men Origins: Wolverine", sino una semi-secuela de "X-Men: The Last Stand", con la diferencia de que por primera vez el enfoque de la trama se centra exclusivamente en Wolverine, sin intención de introducir nuevos personajes para lanzar nuevas franquicias (Deadpool y Gambit fueron el gran fiasco de "Origins").

El cambio de foco es sin duda el adecuado, algo que beneficia enormemente al film y revitaliza a los X-men en tiempos donde ciertos vengadores acaparan el escenario. Jackman además cuenta ahora con la madurez adecuada para el personaje, el cual ha vivido por casi dos siglos gracias a su don regenerador de células que le impide envejecer y le permite sanar todo tipo de heridas en cuestión de segundos. El dolor, sin embargo, no es algo de lo que Wolverine está exento, lo que se hizo evidente con la muerte de Jean Grey (Famke Janssen), de vuelta en esta entrega a través de las visiones que invaden a Logan mientras duerme.



El escenario en esta oportunidad es Japón, con un guión inspirado en el comic "Wolverine" de 1982, ilustrado por Frank Miller. Wolverine fue un prisionero en la Hiroshima de la 2da guerra mundial, poco antes de que EE.UU. arrasara con la isla mediante la bomba atómica. Ante la inminencia del bombardeo, un joven guardia llamado Yashida (Ken Yamamura) libera a Logan, pero ante la imposibilidad de escape éste protege a Yashida de la explosión con su propio cuerpo, sufriendo horribles quemaduras pero salvando sus vidas. El joven soldado vive para convertirse en el hombre más poderoso de Japón, dueño de una gigantesca corporación con lazos en la mafia de Tokio. En su lecho de muerte, Yashida (ahora Hal Yamanouchi) envía a Yukio (Rila Fukushima) a Norteamérica en busca de Logan, con el fin de ofrecerle el obsequio que Wolverine jamás obtendrá: la mortalidad.

Las cosas se complican cuando Mariko (Tao Okamoto), la nieta de Yashida, es secuestrada en el funeral de su abuelo. Sin querer involucrarse pero actuando por instinto, Logan acude al rescate, dando pie a una persecución espectacular sobre el tren bala de Tokio en la que es sin duda la mejor secuencia de la película. Una vez juntos, Logan y Mariko buscan descubrir a los responsables del ataque. Aunque lo intente, los fantasmas del pasado no dejan de perseguir a Logan, quien antes de viajar a Japón vivía solo en una montaña para evitar lastimar a cualquier ser querido. Cada bala, cuchillo, sable o flecha que atraviesa su cuerpo es un recordatorio de su prisión eterna y en esta oportunidad estos son más frecuentes e intensos que en todas las cintas anteriores.

James Mangold, director con un variado repertorio ("Walk the Line", "3:10 to Yuma"), aprovecha la ventaja que le brinda el escenario japonés para contar una historia desligada del resto del universo de los X-Men. Gracias a esto, "The Wolverine" cuenta con la mejor encarnación del personaje hasta ahora. El acto final divaga un poco debido a un escenario que parece sacado de un film de James Bond, con femme fatale mutante incluida, pero estas distracciones no opacan a la continua evolución de Jackman como actor dramático, así se trate de un súper héroe con garras de adamantio.  La escena post créditos da pie a la próxima "X-Men: Days of Future Past",  generando tantas o mas expectativas que las que provocara la conversación entre Nick Fury y Tony Stark en la primera "Iron Man". Los X-Men no piensan quedarse atrás de sus colegas Vengadores.

Puntuación: 4.25 de 5.

Más sobre The Wolverine:
- Entrevista a Hugh Jackman en el set.
- Cómo se logró la escena post-creditos. (spoilers)