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viernes, 12 de febrero de 2016

BROOKLYN: La emigración como experiencia universal

Eilis en su nuevo trabajo en Brooklyn.

La inmigración irlandesa a Estados Unidos ha definido enormemente la influencia que la cultura del país europeo ejerce sobre la sociedad norteamericana. El día de San Patricio es prácticamente una fiesta nacional, y encontrar un pub irlandés en ciudades como Nueva York es casi tan sencillo como ubicar un café de Starbucks. Como toda historia de inmigración, la de los irlandeses estuvo llena de desafíos y el film "Brooklyn" abarca una muestra de estos retos alrededor de Eilis (Saoirse Ronan), una joven irlandesa que emigra a Brooklyn, Nueva York en busca de una vida mejor.

Basada en la novela de Colm Tóibín con el mismo título, la historia comienza cuando Eilis se despide de su familia y sube al barco que la llevará al nuevo continente. Todo resulta nuevo para ella, desde compartir un camarote con una extraña hasta el paso por aduana al llegar a Norteamérica. Una vez que llega a Nueva York, se aloja en una casa de señoritas en Brooklyn, manejada por la sra. Keogh (Julie Walters) con la ayuda del padre Flood (Jim Broadbent). Como sucede con toda recién llegada, el resto de las chicas se burlan del estilo conservador de Eilis. Lo mismo ocurre en su nuevo trabajo en una tienda por departamentos, donde debe aprender a complacer a Miss Fortini (Jessica Paré), su estricta supervisora. 




Abrumada por su nuevo entorno, Eilis se aferra a escribir y leer cartas de su hermana (, sosteniéndose de lo poco que parece mantenerla en pie. Pero el tiempo pasa y el nuevo mundo comienza a convertirse en rutina: Eilis deja de ser la nueva entre sus compañeras, mientras que su jefa ya no luce tan horrible como parecía. El director John Crowley dedica buena parte del film a mostrar el proceso de adaptación de Eilis a su nueva vida. Las cenas en la casa con la sra. Keogh son una escena recurrente, iluminadas por la interpretación de Julie Walters, quien funge como la voz de la razón entre las chicas a pesar de su sentido del humor bastante ácido. 


Tony y Eilis, contemplando su existencia.
Eventualmente, llega también el amor de mano de Tony (Emory Cohen), un joven de familia italiana que queda prendado de Eilis desde el primer momento. El invierno sucumbe ante la primavera y en poco tiempo la nostalgia queda atrás. El diseño de producción y de vestuario colaboran para crear una atmósfera romántica de la Nueva York de los años 50 que cala muy bien con el florecer de la relación entre Eilis y Tony, hasta que llegan malas noticias desde casa y Eilis se ve obligada a viajar a Irlanda. La permanencia de su visita no está del todo clara, pues la nostalgia suele provocar amnesia selectiva en torno a los motivos que originalmente provocaron la decisión de emigrar.

Aunque "Brooklyn" se enfoca en una sola clase de inmigración entre las tantas que recibe todos los días un país como los Estados Unidos, cualquiera que viva hoy en una tierra distinta a la que lo vio nacer puede identificarse con la travesía de Eilis. El ancla del film es la propia Saoirse Ronan, quien a lo largo de dos horas pasa de ser una chiquilla asustadiza a una mujer en control de su destino. Para todo emigrante, el film representa un espejo en el cual mirarse, sin importar la época o las circunstancias. Ese es el poder de las grandes historias universales.

Puntuación: 5 de 5.


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