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jueves, 11 de diciembre de 2014

BIRDMAN (o la inesperada virtud de la ̶S̶O̶B̶E̶R̶B̶I̶A̶ ̶ ignorancia)

Riggan (Michael Keaton) y su alter ego, Birdman.

Alejandro González Iñárritu es un director ambicioso. Desde su ópera prima, "Amores Perros" y pasando por sus obras "21 Grams", "Babel" y "Biutiful", sus películas contienen una carga de existencialismo, expresado en un tono algo sermonero, siempre con la invitación abierta a reflexionar acerca de temas trascendentales. Es común que en sus cintas existan múltiples protagonistas, a veces en distintas partes del mundo o en sectores muy contrastantes de la sociedad.

En su nuevo film, "Birdman", Iñárritu opta por plantar la historia en un único espacio, y lo aprovecha para criticar la fijación de Hollywood con los blockbusters de súper héroes, el narcisismo en torno a las redes sociales y la percepción colectiva que confunde a celebridades con artistas. Encima de esto, decidió generar la ilusión de que las dos horas de película fueron filmadas en una sola toma, al estilo del film "Rope" de Alfred Hitchcock, lo cual exige una enorme precisión técnica y una vision artistica bastante amplia.

Michael Keaton interpreta a Riggan, un actor veterano que vio sus años dorados en Hollywood a inicios de la década de los 90, cuando protagonizó la trilogía ficticia del súper héroe Birdman. Olvidado por una industria obsesionada con la juventud, Riggan intenta relanzar su carrera al escribir, producir, dirigir y protagonizar una obra de Broadway, pero los sacrificios financieros y emocionales le afectan de manera irreversible. La realidad de Riggan con respecto a Hollywood es evidentemente similar a la de Keaton, cuya carrera se estancó luego de interpretar a Batman en las exitosas películas de 1989 y 1992.


Afortunadamente, Riggan es un personaje mucho más interesante que un mero reflejo de Michael Keaton. Su necesidad de volver a ser relevante contrasta con la total desconexión hacia su hija Sam (Emma Stone), quien acaba de salir de rehabilitación por consumo de drogas y trabaja como su asistente en el teatro. Riggan también debe lidiar con el reparto de su obra, entre los que se hayan su impredecible amante Laura (Andrea Riseborough) y la insegura y nerviosa Lesley (Naomi Watts), ambas actrices en total consonancia con sus roles secundarios. Así mismo, Zach Galifianakis se sale de su usual estilo irreverente al interpretar al manager de Riggan.

El mayor dolor de cabeza para Riggan ocurre con la llegada de Mike (Edward Norton), un actor conocido por entrometerse en el proceso creativo de sus proyectos (otro caso de un actor interpretándose a sí mismo). Mike le roba protagonismo a Riggan en la prensa y las redes sociales, al mismo tiempo que sacude la poca cordura que queda en éste. Cuando nadie lo observa, Riggan conversa con su alter ego Birdman, es capaz de mover objetos con la mente e incluso de volar por la ciudad, un escape de la realidad que lo mantiene a flote dentro del mar de conflictos que lo rodean.

La totalidad de la historia ocurre adentro y alrededor del teatro St. James de Times Square. Mediante tomas en steadicam (cámara en mano estabilizada), Iñárritu orquesta numerosas secuencias que obligaron a los actores a memorizar docenas de páginas de diálogo, para luego unirlas en post producción y generar la ilusión de que los 119 minutos de película fueron rodados en una sola toma. Más allá de ser un artilugio complicado, la técnica le brinda a más de un miembro del reparto la oportunidad de realizar las mejores interpretaciones que sus carreras hayan producido. Emma Stone y Zach Galifianakis se convierten en revelaciones, al tiempo que Edward Norton y, en especial, Michael Keaton, otorgan actuaciones memorables como no se les ha visto en al menos una década.

Keaton e Iñárritu entre tomas.

Así como "Gravity" mereció los más altos honores para Alfonso Cuarón, "Birdman" solidifica a Iñárritu como un director capaz de manejar un elenco de primera con las más altas exigencias técnicas. Ayuda que su director de fotografía sea Emmanuel Lubezki, quien también trabajó tras cámaras en el film de Cuarón. La banda sonora de Antonio Sánchez también aporta una energía intoxicante, con el añadido de que los músicos a veces forman parte de las propias escenas.

Birdman es un film satírico de una industria sobre saturada por un genero cinematográfico que continúa creciendo sin señales de estancamiento, pero al mismo tiempo cuenta una historia emotiva y sincera de un hombre que cuestiona los motivos de su propia existencia cuando los halagos y el éxito son sólo un vago recuerdo. Da gusto ver a un gran actor como Michael Keaton de vuelta a la palestra y es fácil imaginar que la carrera del actor viva un segundo aire a partir de aquí. La ambición de Iñárritu ha esparcido frutos con creces para sus colaboradores y es también una de las mejores películas del año.

Puntuación: 5 de 5.

viernes, 14 de noviembre de 2014

THE JUDGE: La guerra de los Robert

Robert Duvall y Robert Downey Jr. como padre e hijo.
Los dramas judiciales coparon a las salas de cine durante buena parte de la década de los 90. Caso tras caso, incontables novelas de John Grisham fueron adaptadas a la gran pantalla, por nombrar sólo a una de las fuentes literarias de mayor inspiración para este sub-género. Sin embargo, la tendencia se redujo a comienzos del milenio, en parte porque la temática migró hacia la televisión y continúa siendo bastante popular en ese formato. Esto hace que el film "The Judge" se convierta en una anomalía para estos tiempos.

Dirigido por David Dobkin, director de comedias como "The Wedding Crashers", "The Judge" es un film bastante convencional que cuenta con la fortuna de emparejar a Robert Duvall y Robert Downey Jr. como padre e hijo, una combinación excepcional que eleva la calidad del material con el que trabajan.

Downey Jr. es Hank Palmer, un abogado exitoso y sin escrúpulos que no duda en defender a clientes que puedan pagar su tarifa a pesar de su culpabilidad, al igual que rechaza a inocentes que no pueden costear sus servicios. Tras la muerte de su madre, Hank debe viajar de Chicago a su pueblo natal de Carlinville, Indiana, donde se reencuentra con sus hermanos y su padre Joseph, al cual no le dirige palabra alguna desde hace años.

Joseph educó a sus hijos con rigidez y dejó que su madre fuese la fuente de cariño, algo que pesa enormemente en Hank, cuyos logros nunca complacieron a su padre a pesar de que fue el único en perseguir una carrera en derecho. Todos en el pueblo lo llaman "juez", pues ha ejercido su profesión por más de 40 años y su carácter encaja con su oficio. Sin embargo, el juez comienza a mostrar signos de decaimiento, algo que Hank nota cuando acude a escondidas a uno de los juicios de su padre. La noche después del funeral de su esposa, el juez atropella a un transeúnte bajo circunstancias sospechosas, pues la víctima resulta ser un ex convicto recién salido de prisión que fue condenado por él años atras. Es entonces cuando Hank se ve obligado a prolongar su visita para defender a su padre ante la ley.



El guión no se enfoca únicamente en la relación entre Hank y su padre, sino que explora el reencuentro de Hank con su pasado. Su hermano mayor (Vincent D'Onofrio) tenía una carrera prometedora como beisbolista, hasta que sufrió un accidente automovilístico del que Hank fue responsable, mientras que su hermano menor (Jeremy Strong) padece de cierto retraso mental, aunque ésto no es explicado en detalle. Así mismo, existe un amor olvidado (Vera Farmiga) e incluso una posible hija perdida de Hank (Leighton Meester), cuya presencia en la historia no encaja dentro de la trama ni es explorada de forma cohesiva. 

Aunque no todas las vertientes resulten interesantes, la historia siempre regresa al epicentro del conflicto entre Hank y el juez. Da gusto ver a Duvall en un rol protagónico, como pocos hay para actores de tercera edad. Emanar el carácter imponente de su personaje es un reto tan grande como el de preservar la dignidad durante sus momentos más precarios, un balance que el actor alcanza desde sus primeras escenas. Por su parte, Downey Jr. no se desvía drásticamente de su estilo jactancioso pero aporta la sensibilidad necesaria para que la relación entre padre e hijo resulte auténtica, en especial cuando la salud del juez comienza a deteriorarse y su hijo debe dejar de lado las diferencias que los han separado por años.

David Dobkin aboga por tonos cálidos en cuando al estilo visual se refiere, como si la película fuese filmada durante un eterno atardecer, una técnica no muy delicada pero sí efectiva, para mostrar cómo las emociones de los personajes se encuentran a flor de piel, en especial para Downey Jr., quien siempre luce mas rojizo en comparación con cualquier otro actor en escena. "The Judge" no contiene la sutileza de un film como "Nebraska", el cual maneja una dinámica similar de padre e hijo, mas no por esto deja de ser un film efectivo a nivel emocional.

Puntuacion: 3.75 de 5.


viernes, 7 de noviembre de 2014

THE BOXTROLLS: El arte de no encajar

Eggs y su familia de Boxtrolls
"The Boxtrolls" es otra original y algo macabra historia de los estudios Laika, responsables de los filmes "Coraline" y "Paranorman", fotografiados cuadro a cuadro mediante la técnica de stop-motion. Aunque Tim Burton popularizó esta tendencia, Laika ha logrado incorporar un estilo particular en sus películas, las cuales suelen contar con un niño protagonista que debe superar los más oscuros obstáculos, siempre manteniéndose fiel a su esencia y valores. Son filmes infantiles con lecciones útiles y escenarios originales, además de que no deja de ser un deleite visual el admirar el trabajo artesanal detrás de cámaras para dar vida a todos los personajes y situaciones.

Los habitantes del pueblo de Cheesebridge viven en torno a la producción y el consumo de queso. El estatus de los ciudadanos más elitistas se define por lo añejo de sus lácteos fermentados, sin dejar mucho espacio para cualquier otra actividad o pasión. Estos mismos ciudadanos poseen un miedo desmesurado a la oscuridad, por lo que se rigen bajo un estricto toque de queda que los protege de ser atacados por los malvados boxtrolls, seres grotescos que saquean los callejones y basureros durante la noche, en busca de los valiosos bienes de civiles inocentes.



Por supuesto, una mirada al mundo de los boxtrolls revela que no son criaturas agresivas, sino un simpático clan de trolls que vive en el subsuelo de Cheesebridge. Los boxtrolls utilizan cajas como vestimenta y son especialistas en construir nuevos artefactos con los tesoros que encuentran en la superficie. Años atrás, un bebé humano fue abandonado por sus padres y adoptado por el boxtroll Fish, quien lo bautizó con el nombre Eggs (los nombres de los boxtrolls se definen por el producto ilustrado en la caja que visten). Eggs (Isaac Hempstead Wright) creció como otro boxtroll y adoptó todas sus costumbres, entre ellas la de merodear por las noches por las calles del pueblo, aún cuando varios de sus amigos han desaparecido misteriosamente.


El archibaldo Snatcher (Ben Kingsley) se ha propuesto eliminar a cada uno de los Boxtrolls, no sólo para devolverle la tranquilidad a Cheesebridge, sino para ganar su puesto en el exclusivo consejo del queso, presidido por Lord Portley-Rind (Jared Harris). El diseño del personaje de Snatcher es uno de los aspectos más llamativos del film, no por su belleza sino por lo grotesco de su aspecto y la excelente interpretación vocal de Ben Kingsley. La tragedia de este memorable villano es que padece de una severa alergia a los lácteos, por lo que su sueño de ser aceptado por quienes lo rechazan solo lo conduciría a otro tipo de sufrimiento, moraleja que resulta muy adecuada para el público de este tipo de películas.

El malvado archibaldo Snatcher, con la voz de Ben Kingsley.

La otra vertiente de la historia es la relación amistosa entre Eggs y Winnie (Elle Fanning), la hija de Lord Pontley-Rind, quien posee una enfermiza curiosidad por ver los horrores a los que los boxtrolls supuestamente someten a sus víctimas. Winnie es un gran centro de humor en la historia, en compañía de los propios boxtrolls, los cuales no hablan idioma alguno sino que gesticulan sonidos regurgitados al estilo de Stitch en "Lilo & Stitch" o los Minions de "Despicable Me". Lamentablemente, los boxtrolls pasan rápidamente a segundo plano una vez que los personajes humanos adquieren más preponderancia, algo de extrañar cuando el título de la película se refiere directamente a ellos.

Dirigida por Graham Annable y Anthony Stacchi, "The Boxtrolls" es visualmente retorcida y grotesca, pero con un sentido caricaturesco que genera un verdadero placer para la vista. El pueblo de Cheesebridge tiene un aspecto victoriano con un toque gótico, al igual que sus habitantes. El archibaldo Snatcher quizás asuste a algunos niños pequeños, pero la fealdad de los boxtrolls juega a favor de su comicidad y refuerza la estética del film. El ritmo de la historia nunca decae gracias a su corta duración y variedad de escenarios y personajes, que le brindan un particular encanto a esta historia de inadaptados en un mundo lleno de convencionalismos.

Puntuación: 4.25 de 5


jueves, 6 de noviembre de 2014

GONE GIRL: El curioso caso de Nick y Amy Dunn

Nick Dunne (Ben Affleck) intenta encontrar a su esposa en "Gone Girl"

La primera toma de "Gone Girl" muestra un plano subjetivo de su protagonista mientras este acaricia la cabeza de su esposa Amy (Rosamund Pike), sus dedos entrelazados con su cabello rubio, preguntándose qué está pasando por su mente. Amy luce serena y feliz en los brazos de su esposo. Momentos después, éste confiesa que quisiera poder romper su cráneo en dos para poder mirar directamente dentro de su cerebro. Es entonces cuando ella levanta la mirada y lo mira a los ojos, como si hubiese escuchado lo que su monólogo interno acaba de expresar.

"Gone Girl" es un film diseñado para cuestionar nuestra percepción de la realidad. Una mañana como cualquiera, Nick (Ben Affleck) sale de su casa a visitar el bar de su pueblo, no sólo para tomar un trago sino porque es el dueño del local. Tras un par de tragos y una corta conversación con su hermana Margo (Carrie Coon), Nick regresa a su casa, donde encuentra destrozos que indican alguna clase de enfrentamiento violento, sin rastro alguno de su esposa. ¿Qué le puede haber sucedido a Amy? Y, sobre todo, ¿quién está detrás de su desaparición?

Ben Affleck encaja con comodidad en los zapatos de Nick, un hombre de gustos simples cuyos secretos podrían ser motivo de la desaparición de su esposa. Nick coopera plenamente con la detective Boney (Kim Dickens) aunque las pruebas en su contra luzcan cada vez más incriminatorias. Su comportamiento no corresponde con el de un hombre que desconoce el paradero de su esposa, pues sonríe tímidamente cuando es fotografiado por la prensa, no conoce a las amistades de Amy y no tiene problemas para conciliar el sueño. En cuestión de días, Nick es sometido al escarnio público y todas sus acciones son evaluadas con lupa por parte de la prensa sensacionalista. El caso adquiere una alta cobertura mediática debido a que Amy es la protagonista de una serie de cuentos para niños titulados "Amazing Amy", escritos por su madre durante su niñez, aunque éstos reflejan a la hija que sus padres desearían tener, mas no a la verdadera Amy.


Aunque el título del film implica que Amy está ausente durante el grueso de la historia, su diario funge como ventana hacia su pasado y se convierte en una voz omnisciente que explica sus frustraciones en la infancia, su relación con Nick y el acoso de un ex novio de su adolescencia (Neil Patrick Harris). La relación de Nick y Amy comienza en tonos color de rosa como es de esperar, pero se deteriora cuando ambos se enfrentan a la imposibilidad de cambiar la esencia del otro. Su matrimonio se convierte en una verdadera pesadilla donde ambos se hallan insatisfechos y decepcionados. Rosamund Pike brinda una interpretación enigmática que revela facetas cada vez más sombrías a medida que la trama avanza.

Quienes hayan leído la novela saben que la descripción previa sólo abarca un tercio de la historia de "Gone Girl", por lo que resulta delicado reseñar el film sin revelar más detalles. David Fincher pone en marcha sus dotes como arquitecto de thrillers y aprovecha cada oportunidad para sorprendernos, sacudiendo con frecuencia los cimientos en los que la historia nos obliga a posar nuestras expectativas. La fotografía es fría y llena de contraste, hasta el punto que los rostros de los personajes resultan imperceptibles, como si una sombra envolviese su realidad sin posibilidad de escape. Sin embargo, el tono del film es más ligero que el de obras de Fincher como "Zodiac" o "Seven", acercándose más a "The Game" en cuanto a forma y estructura, aunque la trama se torna un tanto satírica en el último acto, donde la suerte juega un papel en extremo favorable hacia uno de los personajes.

En última instancia, "Gone Girl" es un éxito para sus protagonistas, quienes demuestran una versatilidad poco antes vista en sus carreras, así como una prueba más de que David Fincher, con toda su misantropía, es uno de los directores más prolíficos del cine norteamericano. Cuando lo peor queda atrás, o así parece ser, el monólogo inicial de Nick adquiere un significado completamente diferente, e incluso empático, a pesar de su carácter sangriento, lo cual reitera la genialidad de esta retorcida historia de (des)amor.

Puntuación: 4.75 de 5.

sábado, 18 de octubre de 2014

A MOST WANTED MAN: El ocaso del gran Philip Seymour Hoffman

Philip Seymour Hoffman como Günther Bachmann

Antes de su muerte en febrero de 2014, Philip Seymour Hoffman culminó su trabajo en el que sería el último papel protagónico de su carrera. Mirar el film "A Most Wanted Man" con la noción de que Hoffman jamás otorgará otra actuación de alto calibre resulta lamentable, pues el actor demuestra nuevamente por qué era considerado uno de los mayores talentos de su generación.

Hoffman interpreta a Günther Bachmann, un espía alemán que trabaja para una agencia secreta en Hamburgo, encargada de neutralizar amenazas terroristas en la ciudad. Al comienzo del film, un texto introductor explica que los perpetradores de los ataques terroristas del 11 de septiembre recibieron entrenamiento en Hamburgo, por lo que la misión de Bachmann y su equipo es evitar que tales situaciones se repitan.

La llegada a Hamburgo, de forma ilegal, de un inmigrante musulmán checheno llamado Issa (Grigoriy Dobrygin) despierta alarmas, no sólo para Bachmann sino también para la CIA, la cual no tarda en inmiscuirse a través de una agente norteamericana (Robin Wright) que insiste en trabajar con Bachmann, aunque el instinto natural de éste sea desconfiar de ella. Issa pretende cobrar una herencia multi millonaria dejada por su padre, para lo cual acude a un banquero (Willem Dafoe) que comparte lazos de negocios con él. Sin embargo, las intenciones de Issa una vez adquirido el dinero son motivo de preocupación para todos, excepto para una joven abogado y activista llamada Annabel (Rachel McAdams), quien decide asistir a Issa en su proceso de reinserción a la sociedad, pues éste muestra signos de trauma físico y mental y no luce capaz de manejarse por sí solo.



El film está basado en la novela del mismo nombre, escrita por John LeCarre, autor de "Tinker, Taylor, Soldier, Spy" y "The Constant Gardener". El director Anton Corbijn construye un thriller de espionaje que se jacta de mantener un ritmo pausado, donde la tensión se desencadena con meros intercambios de palabras y el diálogo posee más peso que cualquier secuencia de acción. Estéticamente, los tonos son grises y opacos, como las vidas de Bachman y compañía, quienes dedican días y noches a permanecer en el anonimato, comprando voluntades y realizando el trabajo sucio en aras de "hacer del mundo un lugar más seguro", una frase que adquiere distintas connotaciones a medida que la trama avanza. 

El eje emocional de la trama se ubica en la relación entre Issa y Annabel. Es infortuno que McAdams y Dobrygin carezcan de la química necesaria para conformar una relación romántica creíble, aunque en esta historia de traiciones y engaños hay poco espacio para momentos color de rosa.  La historia pone a prueba la confianza que puede existir entre seres de mundos distintos cuando la intuición dice una cosa pero la realidad parece ser diferente.

Bachmann, por su parte, es el epicentro de la historia. Su rostro ojeroso y sobrepeso evidente muestran el desgaste provocado por su profesión, mientras que el alcohol funge como único escape dentro de un oficio que no ofrece horas de descanso ni muestras de agradecimiento por un trabajo exitoso. Hoffman aporta a su personaje una obsesividad controlada y un grado de resignación que hacen inevitable pensar en los conflictos personales del actor, quien luchó contra la adicción a las drogas durante años, pero su interpretación se alimenta de esa oscuridad latente. Su última intepretación es también una de sus mejores.

Puntuación: 4.5 de 5

viernes, 3 de octubre de 2014

TEENAGE MUTANT NINJA TURTLES: ¿Cowabunga?

Michaelangelo, Leonardo, April O'Neil y Raphael.
Cuando Michael Bay anunció que produciría un nuevo film no animado de Las Tortugas Ninja, los "fanboys" del mundo sacaron sus garras para advertir que el estilo del director de la saga de Transformers, entre otras super producciones de acción, no encajaría con el legado de la franquicia, que si bien ha tenido una trayectoria fructífera en la televisión en general ha sido poco memorable en el cine. Las cosas empeoraron cuando Bay indicó que alteraría la historia del origen de las tortugas para convertirlas en alienígenas, comentario que originó indignación y reclamos tan prominentes que provocaron la pausa temporal del proyecto.

La producción revivió meses después y se convirtió en lo que hoy es "Teenage Mutant Ninja Turtles", película que marca el regreso de las tortugas al cine luego de dos décadas de ausencia, con la excepción del film animado "TMNT" de 2007. Contrario a lo que la publicidad del film infiere, la película no es dirigida por Michael Bay sino por Jonathan Liebesman, director de "Wrath of the Titans" y "Battle: Los Angeles", películas épicas de acción con un estilo similar al de Bay. El resultado sin duda es mejor de lo que muchos detractores asumen, pero dudosamente engendrará nuevos adeptos.

El primer cuarto de film se enfoca en la periodista April O'neil (Megan Fox) y su intento de destapar una red paramilitar llamada "The Foot Clan" que acecha a la ciudad de Nueva York. Durante un intento de secuestro en el metro de la ciudad, el conocido cuarteto de ninjas tortugas adolescentes mutantes rescata a April, quien se percata de que sus rescatadores no son del todo normales. Tras conocer la guarida de las tortugas, April comienza a sospechar que éstas forman parte de su pasado, lo cual da lugar a una coincidencia bastante forzada y primera señal de debilidad en el guión.



Guiados por su maestro Splinter (Tony Shalhoub), las tortugas viven en las alcantarillas y entrenan para un día convertirse en los protectores de la gran manzana. El encanto de esta franquicia siempre ha estado en la dinámica entre los cuatro hermanos,  algo que el guión se encarga de preservar. Leonardo () es el líder, Raphael () el rebelde, Michaelangelo () el payaso y Donatello () el nerd, todos aman la pizza,  son un dolor de cabeza para su maestro y April siempre se convierte en el amor platónico de alguno, en este caso de Michaelangelo.

El otro elemento icónico es la presencia del villano Shredder (), quien recibe la asistencia del multimillonario Eric Sacks () para desatar el caos en Nueva York, con un plan bastante ilógico que les brindará todos los recursos financieros para controlar la ciudad. El pasado de April, y por ende el de las tortugas, está ligado al de Sacks, lo cual coloca a todos los personajes en un circulo de coincidencias bastante improbables. Eventualmente, el foot clan ataca la guarida de las tortugas y éstas se ven forzadas a salir de la oscuridad para enfrentar a Sacks y a Shredder.

Apartando la calidad del guión, del cual no hay mucho más que agregar, el otro elemento controversial de esta adaptación es el aspecto de las tortugas. El cambio más notable está en su tamaño, pues miden al menos 1,80m y lucen en extremo fornidas, lo cual no encaja del todo con el arte marcial que practican. Los ninjas se caracterizan por ser sigilosos y veloces, algo difícil de imaginar con la complexión física de estas tortugas. Por otro lado, sus rostros son bastante feos, al menos en comparación con las figuras creadas por Jim Henson para los primeros dos filmes de los años 90. Sin embargo, el premio de fealdad en esta cinta se lo lleva el diseño del maestro Splinter, cuya apariencia resulta bastante desagradable para la vista. A pesar de esto, sólo toma un par de escenas para acostumbrarse a este nuevo look, gracias a que los efectos digitales están bien realizados y la personalidad de las tortugas compensa por su apariencia.

Alan Ritchson (Raphael) en traje de "motion capture" junto a Megan Fox.
En el lado de los humanos, Fichtner es quien sale mejor parado, pues se toma su papel con la ligereza necesaria para crear un villano empático. Así mismo, proporciona bastante humor como el camarógrafo de April. Fox hace un papel decente como April y encabeza buena parte de la película, una grata sorpresa luego de que la actriz fungiese como mero símbolo sexual en Transformers. El rol más unidimensional lo tiene Masamune en su interpretación de Shredder, pues la trama elimina su rivalidad con Splinter sin aportar nada a cambio para justificar sus acciones villanescas.

Las escenas de acción salen mejor paradas, en especial una persecución sobre un acantilado de nieve donde Liebesman demuestra su habilidad para coreografiar escenas complejas. Es precisamente gracias a la acción y el humor que el film resulta recomendable a pesar de sus debilidades. 

"Teenage Mutant Ninja Turtles" no es un regreso triunfal, pero cuenta con un potencial que, manejado adecuadamente, puede dar lugar a una saga de películas exitosas, hazaña que la franquicia aún no ha alcanzado. La trama siembra varias semillas con respecto a futuras apariciones de personajes icónicos como Baxter Stockman y Super Shredder, motivo suficiente para esperar con ansias una próxima entrega.

sábado, 20 de septiembre de 2014

CANTINFLAS: Si yo fuera Passepartout

Oscar Jaenada como Cantinflas.
Mario Moreno es el actor cómico mexicano más reconocido de todos los tiempos. Muchos lo consideran el Charles Chaplin de Latinoamérica, pues al igual que éste, Moreno caracterizó casi siempre a un único personaje que mediante el humor reflejaba un lado poco favorecedor del status quo. Cantinflas es un vagabundo de buenos sentimientos con una poderosa labia para voltear cualquier situación a su favor, apreciador del buen vivir pero sin un centavo en los bolsillos, capaz de aceptar cualquier trabajo que le caiga por fortuna aunque no sepa nada sobre el oficio en cuestión. Moreno protagonizó más de 70 películas en su exitosa carrera y se convirtió rapidamente en un ícono de su país, gracias a la empatía que su picaresco Cantinflas generó en el pueblo mexicano.

Resumir una carrera prolífica de más de 40 años en un par de horas no es tarea fácil, pero es el reto que aborda el film "Cantinflas", de Sebastian del Amo, aunque con una estructura inesperada en un film biopico. En lugar de comenzar con los orígenes del joven Mario Moreno, del Amo inicia su historia en el Hollywood de los años 50, donde el productor Michael Todd (Michael Imperioli) intenta conseguir el apoyo financiero para producir la pelicula "La Vuelta al Mundo en 80 Días". La ambición de Todd es hacer la obra más compleja en la historia del cine, para lo cual necesita que celebridades de la talla de Frank Sinatra y Buster Keaton participen sin cobrar un centavo. De último en su lista de celebridades se halla un tal Cantinflas, quien interpretará al líder de una tribu de aborígenes, según los planes iniciales de Todd.

Es aquí cuando la trama retrocede un par de décadas y se traslada a México, donde un joven Mario Moreno (Oscar Jaenada) prueba su suerte al trabajar como mozo para un pequeño teatro ambulante. Una noche y por mera casualidad, debe apaciguar el abucheo de la multitud cuando uno de los shows no sale como se esperaba, pero la respuesta del público se transforma en risas gracias a los comentarios ocurrentes que Moreno lanza, con la única intención de que no le ensucien el teatro. Su jefe observa el potencial para hacer dinero y en poco tiempo el joven mozo pasa a formar parte del elenco. Sin embargo, la dificultad para memorizar un libreto lo lleva al borde del fracaso, pero instintivamente recurre a la improvisación, lo cual provoca carcajadas espontáneas en el público. Un espectador ebrio le grita al actor "¿Cuánto inflas en la cantina?, que pronunciado más rápido suena como "¿Cuantinflas? y así nace el nombre de Cantinflas.



La historia salta constantemente entre la evolución de Moreno como figura pública de México y la odisea de relaciones públicas de Michael Todd. Esta estructura juega a favor de mirar al fenómeno de Cantinflas desde ojos foráneos, quizás con la intención de que nuevas generaciones conozcan y aprendan sobre el artista. Sin embargo, los segmentos enfocados en Cantinflas son más numerosos y sin duda más interesantes, algo de esperar cuando el título del film sólo hace referencia al actor.  

El mayor acierto de la película está en la elección de su protagonista, Oscar Jaenada. Desde que realiza su primer monólogo como Cantinflas, tomado del film "Si yo fuera diputado", el actor captura con una precisión impresionante el particular tono de voz y la gesticulación de Mario Moreno. Su parecido físico contribuye a generar la ilusión de que el propio Cantinflas está en pantalla, dentro y fuera de personaje. La controversia que pudo haber creado la escogencia de un actor español para interpretar a un ícono mexicano se justifica al apreciar el resultado final.

Es probable que el film sea mejor valorado por quienes crecieron viendo las películas de Cantinflas y posean una apreciación más amplia de su legado. El guión se dedica a mostrar al hombre detrás de cámaras, por lo que el humor característico de sus películas es relegado a un segundo plano. Del Amo recrea algunas situaciones de la vida de Cantinflas sobre las cuales no existen referencias directas, como la imposibilidad de él y su esposa para tener hijos o su trabajo como líder del sindicato de actores de México, lo cual brinda un retrato bastante completo de Mario Moreno como esposo, activista político y hombre del pueblo, como él mismo se llamaba. 

Un desenlace un tanto abrupto genera a su vez un mensaje algo contradictorio, haciendo entrever que la llegada de Moreno a Hollywood representó la cúspide de su carrera, cuando su trayectoria y alcance hacia Latinoamérica fue mucho más trascendente dentro de su legado cinematográfico. Por otro lado, los segmentos de Michael Todd sufren de diálogos muy expositivos y algunas interpretaciones un tanto telenovelescas, aunque los cameos de personalidades como Elizabeth Taylor y Charles Chaplin compensen en parte por estas fallas. 

Por el contrario, el encuentro entre Todd y Moreno coloca a dos veteranos de mundos distintos en un mismo plano. Michael Todd vio el genio de Cantinflas en primera fila y decidió así otorgarle el rol de Passepartout en "La vuelta al mundo en 80 días", una decisión que incluso hoy en día sería controversial en Hollywood.

Gracias a la brillante actuación de Jaenada, el film "Cantinflas" supera las debilidades que puedan existir en su guión. Es una obra que celebra el legado del artista y honra la memoria del hombre. Mario Moreno fue torero, boxeador, actor, esposo y padre en una sola vida, pero Cantinflas continúa representando al hombre latinoamericano en su tenacidad, ocurrencias y sentido del humor frente a los avatares de la vida, en la eterna búsqueda del buen vivir. Ahí esta el detalle...

Puntuación: 4 de 5.

Para disfrutar de la gran mayoría de las obras de Cantinflas, basta con buscarlas en Youtube. Aquí una pequeña muestra: "El bolero de Raquel", "Si yo fuera diputado" y "El señor fotógrafo".



domingo, 31 de agosto de 2014

DAWN OF THE PLANET OF THE APES: Los simios revelan su humanidad

 
Andy Serkis como Caesar (añadido digitalmente en post producción)


La franquicia de "El Planeta de los Simios" tiene más de 40 años de existencia y ha dado a luz a ocho películas discordantes en su calidad. La original "Planet of the Apes" de 1968, protagonizada por Charlton Heston, es considerada un clásico y su trama contiene uno de los giros más inesperados en la historia del cine (SPOILER: el personaje de Heston descubre los restos de la Estatua de la Libertad en una playa, percatándose así de que el planeta de los simios no es otro que La Tierra). 

Un total de cuatro secuelas vinieron en menos de seis años, pero el presupuesto se encogió con cada nueva entrega y Heston no regresó a ninguna de ellas, hasta que el público perdió el interés. En 1998, Tim Burton dirigió un "reboot" que pretendía relanzar a la franquicia, pero ese film merece vivir exiliado en otro planeta.

No fue hasta 2011 que los simios volvieron a las pantallas con "Rise of the Planet of the Apes", una precuela que cuenta la historia de Caesar, el primer chimpancé parlante del mundo y futuro líder de los primates. El guión pecó por el poco desarrollo de sus personajes humanos, pero el personaje de Caesar le otorgó una vitalidad inesperada a un film que para el momento no había generado muchas expectativas. 

Malcolm (Jason Clarke) junto a Caesar.
Interpretado magistralmente por Andy Serkis y animado por tecnología "motion capture', Caesar regresa como protagonista en "Dawn of the Planet of the Apes", la cual tiene lugar 10 años después de los hechos del film anterior. El 99% de la humanidad ha muerto debido a un virus mortal, tan sólo el 1% ha logrado sobrevivir debido a su inmunidad natural al virus. Caesar y el resto de los simios viven en forma de tribu en un bosque cercano a la ciudad de San Francisco, en armonía con la naturaleza y alejados de los humanos.

Un encuentro violento entre un pequeño grupo de personas y un par de simios pone a prueba el liderazgo de Caesar, quien perdona sus vidas a pesar de la muerte de uno de los suyos. Los humanos, liderizados por Malcolm (Jason Clarke), insisten en permanecer en el área, pues desean reactivar una planta eléctrica que le devuelva la energía a su refugio en la ciudad. Habiendo crecido con un humano que siempre lo trató con amor, Caesar se percata de las intenciones nobles de Malcolm y les permite hacer su trabajo.

Cuando los dos grupos se ven forzados a convivir, existe tensión en ambos lados, pero la bondad de Caesar y Malcolm se impone momentáneamente. Sin embargo, todos sabemos que esta historia no acaba bien para los humanos, por lo que los momentos de armonía adquieren una connotación melancólica y trágica, haciéndonos desear que todo termine bien aún teniendo la certeza de que no será así.


El guión no repara en remarcar el carácter destructivo del hombre en contraposición con el balance natural entre los simios y su entorno. Sin embargo, estos simios poseen rasgos humanos que los acercan a la misma oscuridad a la que muchos hombres pueden llegar si las circunstancias lo permiten. Koba (Tony Kebbell), el segundo en mando de la tribu, detesta a los humanos y no tardará en voltear las cartas a su favor, no sólo para deshacerse de los humanos sino también de Caesar.

Los personajes humanos cuentan con un mejor desarrollo que en el film anterior: Gary Oldman interpreta al líder del refugio en la ciudad, fungiendo como figura antagónica, mientras que Keri Russell cuenta con algo de dimensionalidad como la esposa de Malcolm. Aún así, el film le pertenece a los simios y el director Matt Reeves los ubica en el centro de la historia. Es un gusto observar la animación de los simios, la evolución de la tecnología en apenas tres años es notable. 

Una secuencia donde los simios entran como ejército a la ciudad para advertir a los humanos resulta imponente y escalofriante, aunque los detalles en sus expresiones durante los momentos más íntimos son igual de impactantes. Por su parte, Andy Serkis agrega otra excelente interpretación digital a un curriculum que incluye a Gollum en la saga de "El Señor de los Anillos" y al mismo King Kong, entre otros personajes.

"Dawn of the Planet of the Apes" no sólo es superior a su predecesora, es también el mejor film de la franquicia después del original. Cuenta con una escala épica que la posiciona por mérito propio como una gran película que además explora terrenos nuevos dentro de la saga. El fin de la humanidad se vuelve cada vez más interesante.

Puntuación: 5 de 5.

viernes, 22 de agosto de 2014

GUARDIANS OF THE GALAXY: Los bandoleros del universo Marvel

Groot, con la voz de Vin Diesel.
El éxito alcanzado por Marvel en su proeza cinematográfica, que ya abarca una decena de films estrenados en apenas seis años, le ha permitido al estudio explorar los comics de sus héroes menos conocidos y trasladarlos a la gran pantalla. Antes del estreno de "Iron Man" en 2008, pocos conocían el nombre de Tony Stark, pero "Iron Man 3" recaudó más de mil millones de dólares a nivel mundial en 2013. Es probable que a partir de ahora, personajes como Starlord, Groot, Rocket, Drax y Gamora adquieran una popularidad similar.

"Guardians of the Galaxy" pertenece al universo cinematográfico de Marvel, pero se siente como una versión más ligera de Star Wars, donde no hay imperio que destruir ni una fuerza por dominar, sino un quinteto de descarrilados que deben aprender a soportarse para sobrevivir y, eventualmente, vencer a un enemigo en común. El "líder" de este grupo intergaláctico es Peter Quill (Chris Pratt), mitad Han Solo y mitad Indiana Jones, un cazarrecompensas que se hace llamar Starlord y viaja por la galaxia buscando tesoros y rompiendo corazones. 


Durante su más reciente descubrimiento de una valiosa esfera, Peter se topa con los secuaces de Ronan El Acusador (Lee Pace), quienes buscan apoderarse del objeto, pero logra escapar de ellos. Ronan coloca un precio a su cabeza y envía a la asesina, Gamora (Zoe Saldana), a recuperar la esfera. El encuentro entre ambos no se hace esperar, pero la presencia de otro par de cazarrecompensas complica las cosas. Rocket (Bradley Cooper) y Groot (Vin Diesel), un mapache parlante y un árbol andante, intentan atrapar a Peter mientras Gamora busca apoderarse del orb, pero los cuatro terminan bajo arresto debido a la persecución nada discreta que protagonizan en el centro de la capital del planeta Xandar.

En una cárcel que no repara en género o planeta de origen, el grupo se topa con Drax El Destructor (Dave Bautista), quien intenta asesinar a Gamora en venganza por la muerte de su familia a manos de Ronan. Al mismo tiempo, Rocket y Groot idean un plan de escape que se desencadena de forma inesperada. Es así como el quinteto huye de prisión, pero con más de un enemigo a cuestas.

Lo que sigue es una historia contada innumerables veces que acierta en no tomarse en serio a sí misma, enfocándose en situaciones humorísticas generadas por el choque de personalidades que ocurre entre sus protagonistas. Rocket es irónico y algo rabioso, mientras que Drax es tosco y no comprende ningún tipo de sarcasmo. Gamora es tan ruda que no es capaz de bailar ante una canción pegajosa, pero Starlord es fanático de la música pop de los años 80, proporcionando además el soundtrack retro de la película mediante su imperdible Walkman. Y luego está Groot, el adorable árbol que sólo sabe decir "Yo soy Groot", aunque Rocket es capaz de hallar el significado de sus palabras en cualquier situación.

Zoe Saldana y Chris Pratt como Gamora y Starlord.
El director James Gunn entiende la ligereza del material con el que trabaja, por lo que no pretende vendernos el dramatismo que caracteriza a otras historias de súperheroes. Por el contrario, Gunn casi tira por la ventana la trama que conecta al film con el resto del universo Marvel, deteniéndose brevemente en puntos necesarios como la visita a El Coleccionista (Benicio Del Toro) o una escueta escena con Thanos (Josh Brolin), sin perder el rumbo en el desarrollo de los lazos que unen a este peculiar grupo de Guardianes.

Por fortuna, los actores le siguen el juego a la visión del director. Chris Pratt encaja sin ninguna dificultad en el papel de Starlord gracias a su carisma y sentido del humor, al tiempo que el luchador Dave Bautista aporta más dimensión al rol de Drax de la que suele recibir el fortachón de la historia. Zoe Saldana es menos memorable como la única mujer del grupo, pero al menos mantiene el ritmo de sus co-estrellas y se mimetiza con éxito dentro del quinteto. Por su parte, el trabajo vocal de Bradley Cooper, sumado a una animación digital de primera, hacen del duo de Rocket y Groot lo mejor de la película.

"Guardians of the Galaxy" era un proyecto que tenía todas las de perder gracias a una premisa rebuscada con personajes desconocidos para el público general. La apuesta de Marvel no sólo fue exitosa, sino que supera con creces a las primeras partes de súperheroes más familiares como Thor y Capitán America, ubicándose dentro de las mejores películas que el estudio ha producido hasta ahora. Los conflictos existencialistas que este grupo afronta se resuelven contando la leyenda de Footloose y el gran Kevin Bacon, o bajo la melodía de "Ain´t no Mountain High Enough", nada de estrés post traumático ni mártires inmolados.

Puntuación: 4.75 de 5

Más sobre "Guardians of the Galaxy":
- Entrevista a James Gunn y al elenco (Collider)
- 10 "easter eggs" en la película (IGN)

viernes, 15 de agosto de 2014

ROBIN WILLIAMS: El genio del humor


Días después de la muerte de Robin Williams, internet y las redes sociales continúan saturados de información sobre el artista. Mas allá de los detalles alrededor de su partida, existe un desasosiego en torno a su muerte que rara vez alcanza tal magnitud. Su presencia en las vidas de millones de personas durante más de tres décadas, a través del cine y la television, ha dejado una huella que quizás hasta ahora no sabíamos que existía.

La hiperactividad y energía de Robin eran contagiosas. Basta con mirar alguna de sus entrevistas para admirar a un genio de la improvisación. Su candidez y gentileza, combinadas con su sentido del humor, lo convirtieron en un talento como pocos, capaz de dar inmesurablemente con la única condición de recibir una risa a cambio.

No soy de la generación de "Mork & Mindy" y nunca he terminado de ver "Popeye", pero recuerdo claramente haber ido al cine a ver "Hook", donde Robin interpretó a un Peter Pan adulto que debe regresar al país de Nunca Jamás, analogía muy adecuada para un adulto que nunca escondió a su niño interior. Sin embargo, el rol con el que definió a toda una generación de niños en la década de los 90 fue el Genio de "Aladdin". La voz de Robin parecía ir más rapido que su mente, los animadores del film ilustraron brillantemente su carácter histriónico y el resultado fue uno de los mejores personajes animados en la historia del estudio.

Poco después vino "Mrs. Doubtfire", donde Robin interpretó a un padre divorciado que se hace pasar por una niñera británica para poder estar junto a sus hijos. La transformación le valió al film un Oscar al mejor maquillaje, pero detrás del traje de látex y la máscara de goma brotaba otra inolvidable interpretación. Es probable que "Mrs. Doubtfire" sea el film más divertido de toda su carrera.

Robin intervino en muchas otras películas para niños, entre ellas "Toys", "Jumanji", "Flubber" y "Night at the Museum". Aunque distan mucho de ser clásicos del cine, son parte de la filmografía que lo ubicó en la conciencia de toda una generación. Su participación es la mejor excusa para al menos ver unos minutos cuando las encontramos al pasar canales en la televisión.

Ya en mi adolescencia comencé a apreciar su trabajo dramático. "Awakenings", "Dead Poets Society" y "Good Morning, Vietnam" eran transmitidas con bastante frecuencia en la televisión. Obtuvo 4 nominaciones al Oscar durante su carrera, pero fue "Good Will Hunting" la que le valió la estatuilla. En su rol como psicólogo y figura paternal de un joven brillante y problemático, interpretado por Matt Damon, Robin nos brindó una de sus interpretaciones más transparentes y sinceras.

Tanto "Patch Adams" como "What Dreams May Come" se estrenaron en 1998. La primera fue un éxito comercial, pero ambas fueron destrozadas por la crítica. Ambos films fueron tildados de manipuladores y sentimentalistas, pero tocaron una vena en el público que los mantiene muy presentes en la memoria colectiva, a pesar de sus detractores.

Su generosidad como actor también trascendía cuando dejaba que otros se lucieran en su lugar. En "The Birdcage", Nathan Lane se comía la pantalla, pero era Robin quien devolvía la pelota para que su co-estrella brillase con más intensidad.

Robin también exploró terrenos oscuros y por demás interesantes. En "Insomnia" interpretó a un asesino que le hace la vida imposible a Al Pacino, mientras que en "One Hour Photo" mostró un lado perturbador como un revelador de fotos que se obsesiona con las vidas de sus clientes. En retrospectiva, su personaje en ese film poseía una melancolía que pertenecía al verdadero Robin, pero sus cualidades multifacéticas impiden que lo encasillemos en cualquier arquetipo.

Mi esposa y yo tuvimos la oportunidad de ver a Robin en vivo en la obra de Broadway titulada "Bengal Tiger at the Baghdad Zoo", donde interpretó a un tigre de bengala que muere durante un bombardeo a la ciudad de Baghdad, por lo que se dedica a comentar el sinsentido de la masacre, así como de la guerra en general. Disfrutar de su interpretación, dramática en este caso, ha sido una de las experiencias más satisfactorias que hemos vivido en el teatro.

Con más de 70 películas en su curriculum, Robin Williams nunca descansó profesionalmente. Al leer su filmografía en IMDB me doy cuenta de que aún tengo obras suyas por descubrir, entre ellas "The Fisher King", por la que recibió una nominación al Oscar, o "World's Greatest Dad", que tiene un puntaje de 89% en Rotten Tomatoes. Además, dejó cuatro películas por estrenar, lo cual brinda un leve consuelo para quienes aún no procesamos su partida. 

Recordaremos siempre en Robin Williams a un genio del humor que no temía abrir su corazón, impredescible y cálido en igual medida. El mundo llora hoy a un gran hombre que también fue un gran artista.

viernes, 1 de agosto de 2014

AZUL Y NO TAN ROSA: La vida en colores



El azul es para los varones y el rosa para las niñas. Es una norma tácita por la cual nos regimos para escoger el regalo de un recién nacido o para vestir a un niño pequeño. Un varón vestido de rosa sería objeto de burla para unos e incluso motivo de vergüenza para otros. A medida que crecemos, adoptamos muchos otros matices, pero el principio se mantiene. Azul para los varones, rosa para las niñas.

Ser homosexual en muchos países latinoamericanos continúa siendo un estigma, pero la realidad es que no todo el mundo se viste de un sólo color. Mediante su film "Azul y no tan rosa", el venezolano Miguel Ferrari nos muestra una visión romántica de la homosexualidad en una sociedad machista que aún tiene mucho camino por recorrer en cuanto a la aceptación, social y jurídica, relacionada con el tema.

Diego (Guillermo García) es un fotógrafo de moda que vive cómodamente en Caracas, con el estilo de vida superficial típico de un adulto soltero. Comparte con su novio Fabrizio (Sócrates Serrano), pero no tiene intenciones de enseriar la relación. Las cosas cambian para Diego cuando Fabrizio es víctima de un ataque violento por parte de una pandilla de homofóbicos, que lo dejan en estado crítico en el hospital. Para complicar más las cosas, Diego recibe una llamada de Valentina (Arlette Torres), un amor de su adolescencia que vive en Madrid, quien le pide que cuide por el verano a Armando (Ignacio Montes), el hijo adolescente de ambos y fruto de su amor juvenil.

Diego tiene más de cinco años sin ver a Armando y prácticamente no ha hablado con él en ese tiempo, algo que Armando resiente. Aunque Diego nunca le ha confesado a su hijo que es homosexual, éste lo descubre rápidamente. Armando no es gay como su padre, pero sufre de inseguridad crónica cuando de mujeres se trata. Su tiempo juntos les permitirá a padre e hijo reencontrarse como familia, aunque de formas inesperadas para ambos. El español Ignacio Montes concede una interpretación auténtica y madura como Armando, mientras que Guillermo García mejora a medida que el film avanza y parece sentirse más cómodo en su papel.


Ferrari muestra una clara influencia de los films de Pedro Almodóvar y construye un cuadro familiar muy bien ejecutado, con personajes incidentales que viven historias complejas alrededor de los personajes principales. Por un lado está Perla Marina (Carolina Torres), la asistente de Diego, quien no logra salir de una relación sentimetal abusiva, así como Delirio (Hilda Abrahamz), una transexual que aún resiente un desengaño amoroso de su adolescencia. Por su parte, los padres de Diego, interpretados por Elba Escobar y Juan Jesús Valverde, ilustran la dualidad que obliga a muchos a esconder su homosexualidad ante los ojos de su familia, aún cuando estos la intuyan. El guión otorga el espacio suficiente para que cada uno de estos personajes aporte un punto de vista diferente hacia un mismo tema. 

De forma menos sutil, la película tiene también un villano en Racso (Alexander Da Silva), el pandillero que ataca a Fabrizio y que parece expresar una homosexualidad frustrada mediante la violencia. Es aquí donde la historia intenta abarcar mas de lo que debe, pues su personaje continúa apareciendo en circunstancias forzadas que conducen a un desenlace demasiado conveniente y poco convincente. Al menos, el film no termina con este conflicto sino que brinda un acto final purificador y reconfortante que ata muy bien las historias de sus personajes, cerrando en una nota positiva y esperanzadora, como poco acostumbran a hacer los films venezolanos.


La cinematografía de Alexandra Henao y la dirección de arte de Marcelo Pont Vergés merecen un especial reconocimiento. Los escenarios principales cuentan con una paleta de colores propia que hace juego con el tono emocional de las vivencias de los personajes, convirtiéndose así en el aspecto estético más llamativo del film. Azul y rosa son sólo dos dentro de la gama de colores que aquí se retratan.


Puntuación: 4.25 de 5.


Más sobre "Azul y no tan rosa":


- Tras cámaras de "Azul y no tan rosa".

 

jueves, 31 de julio de 2014

EDGE OF TOMORROW - La muerte le sienta bien a Tom Cruise


El comandante norteamericano William Cage (Tom Cruise) despierta en una base militar británica, despojado de todo rango y enviado a ser carne de cañón en un ataque sorpresa contra los Mimics, una raza alienígena que ha invadido el mundo. Sin experiencia en combate, Cage sale a la guerra junto al resto de su pelotón en lo que luce como una versión futurista de la batalla de Normandía. La misión se convierte rápidamente en un caos, pues los alienígenas se anticipan a toda su ofensiva, como si de antemano conociesen sus planes. Cage ve morir a varios de sus compañeros antes de ser atacado por un Mimic que lo hiere mortalmente, pero éste activa una granada y se sacrifica para acabar con la criatura.

Cage despierta de nuevo en la base militar, en el mismo instante que la primera vez. ¿Fue todo un sueño o realmente ocurrió? Los hechos se repiten de la misma forma, como si de un videojuego se tratase. Cada vez que Cage muere, regresa al mismo punto, pero con la experiencia adquirida en sus fracasos anteriores. Cage intenta alterar su fatal destino en cada nueva vida, pero las infinitas variantes que pueden ocurrir en una situación de combate continúan llevándolo a la muerte.

Esta es la premisa de "Edge of Tomorrow", una obra de ciencia ficción por demás entretenida que respeta la inteligencia de su audiencia y brinda buenas dosis de acción futurista. Una trama que podría tornarse tediosa en muy corto tiempo es manejada hábilmente por el director Doug Liman, quien juega de forma creativa con la fórmula en sus manos. El resultado es una historia intrigante que se reinicia constantemente, pero que toma nuevos caminos en igual proporción.



En una de sus "vidas", una reconocida soldado llamada Rita (Emily Blunt) le pide a Cage que la contacte después de morir. Rita solía contar con la misma habilidad de Cage, la cual es transmitida al entrar en contacto con cierto tipo de Mimic, por lo que Cage se convierte en su única esperanza de sobrevivencia y de salvar al mundo, por supuesto. El personaje de Rita no cae en el cliché de la valiente guerrera que sucumbe ante el encanto del héroe de acción, ni de la damisela en apuros que espera por ser rescatada.

La interpretación de Blunt ubica a su personaje al mismo nivel que el de Cruise, lo cual resulta inusual si se observa el record de películas de acción que Cruise ha protagonizado, donde el rol femenino suele tener un carácter secundario. El film muestra de forma casi obsesiva el momento cuando Rita y Cage se conocen (ella se levanta lentamente tras culminar un ejercicio de meditación, delineando sensualmente los músculos de su cuerpo), haciéndola ver deseable e inalcanzable al mismo tiempo. Rita y Cage dependen el uno del otro para descifrar la estrategia correcta que acabará con los invasores, pero no hay tiempo para el amor con tanto que hacer.


Una debilidad inherente a la trama es que la posibilidad de reiniciar la historia cada vez que Cage muere reduce el peso dramático de sus acciones, pues su personaje siempre tendrá otra oportunidad ante los ojos de la audiencia. Este aspecto es tratado de forma ingeniosa durante el último tercio de película, pero la sensacion de que siempre habrá otra oportunidad, por más sombrío que parezca el escenario, permanece siempre latente. Sin embargo, el aspecto más doloroso del don de Cage no es su propia muerte, sino el ver morir a Rita constantemente, lo que brinda un matiz adicional a la dinámica entre el duo protagónico.

No todo es drama en el film, ya que las incontables muertes de Cage permiten que los cineastas incluyan situaciones humorísticas, lo cual brinda ligereza a una historia que necesita dar momentos de respiro para digerir los múltiples escenarios que se presentan, brindando además algunas de las mejores escenas para Rita, quien muchas veces tiene que ejecutar a Cage por quedar mal herido o por fallar alguna misión. En varias oportunidades, el film muestra aleatoriamente los éxitos y fracasos de Cage, bien sea en medio de combate o intentando escapar de la base militar, pero es el espectador quien debe llenar algunos agujeros dejados intencionalmente por los escritores.

Aunque la confrontación final es bastante genérica y predecible, el film brinda un giro tras otro de forma innovadora. La comedia "Groundhog Day"y el thriller "Source Code" han manejado un concepto similar, pero el escenario futurista y apocalíptico de "Edge of Tomorrow", sumado al buen trabajo de sus dos protagonistas, le aportan a este film una identidad propia. Como en todo buen videojuego, provoca reiniciar y empezar desde cero enseguida que los créditos comienzan a rodar.

Puntuación: 4.50 de 5.

Mas sobre "Edge of Tomorrow":
- Entrevista a Emily Blunt (Hitfix)
- Entrevista al director Doug Liman (Rolling Stone)
- Vivir, Morir, Repetir: Los efectos visuales (FXguide)