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viernes, 15 de agosto de 2014

ROBIN WILLIAMS: El genio del humor


Días después de la muerte de Robin Williams, internet y las redes sociales continúan saturados de información sobre el artista. Mas allá de los detalles alrededor de su partida, existe un desasosiego en torno a su muerte que rara vez alcanza tal magnitud. Su presencia en las vidas de millones de personas durante más de tres décadas, a través del cine y la television, ha dejado una huella que quizás hasta ahora no sabíamos que existía.

La hiperactividad y energía de Robin eran contagiosas. Basta con mirar alguna de sus entrevistas para admirar a un genio de la improvisación. Su candidez y gentileza, combinadas con su sentido del humor, lo convirtieron en un talento como pocos, capaz de dar inmesurablemente con la única condición de recibir una risa a cambio.

No soy de la generación de "Mork & Mindy" y nunca he terminado de ver "Popeye", pero recuerdo claramente haber ido al cine a ver "Hook", donde Robin interpretó a un Peter Pan adulto que debe regresar al país de Nunca Jamás, analogía muy adecuada para un adulto que nunca escondió a su niño interior. Sin embargo, el rol con el que definió a toda una generación de niños en la década de los 90 fue el Genio de "Aladdin". La voz de Robin parecía ir más rapido que su mente, los animadores del film ilustraron brillantemente su carácter histriónico y el resultado fue uno de los mejores personajes animados en la historia del estudio.

Poco después vino "Mrs. Doubtfire", donde Robin interpretó a un padre divorciado que se hace pasar por una niñera británica para poder estar junto a sus hijos. La transformación le valió al film un Oscar al mejor maquillaje, pero detrás del traje de látex y la máscara de goma brotaba otra inolvidable interpretación. Es probable que "Mrs. Doubtfire" sea el film más divertido de toda su carrera.

Robin intervino en muchas otras películas para niños, entre ellas "Toys", "Jumanji", "Flubber" y "Night at the Museum". Aunque distan mucho de ser clásicos del cine, son parte de la filmografía que lo ubicó en la conciencia de toda una generación. Su participación es la mejor excusa para al menos ver unos minutos cuando las encontramos al pasar canales en la televisión.

Ya en mi adolescencia comencé a apreciar su trabajo dramático. "Awakenings", "Dead Poets Society" y "Good Morning, Vietnam" eran transmitidas con bastante frecuencia en la televisión. Obtuvo 4 nominaciones al Oscar durante su carrera, pero fue "Good Will Hunting" la que le valió la estatuilla. En su rol como psicólogo y figura paternal de un joven brillante y problemático, interpretado por Matt Damon, Robin nos brindó una de sus interpretaciones más transparentes y sinceras.

Tanto "Patch Adams" como "What Dreams May Come" se estrenaron en 1998. La primera fue un éxito comercial, pero ambas fueron destrozadas por la crítica. Ambos films fueron tildados de manipuladores y sentimentalistas, pero tocaron una vena en el público que los mantiene muy presentes en la memoria colectiva, a pesar de sus detractores.

Su generosidad como actor también trascendía cuando dejaba que otros se lucieran en su lugar. En "The Birdcage", Nathan Lane se comía la pantalla, pero era Robin quien devolvía la pelota para que su co-estrella brillase con más intensidad.

Robin también exploró terrenos oscuros y por demás interesantes. En "Insomnia" interpretó a un asesino que le hace la vida imposible a Al Pacino, mientras que en "One Hour Photo" mostró un lado perturbador como un revelador de fotos que se obsesiona con las vidas de sus clientes. En retrospectiva, su personaje en ese film poseía una melancolía que pertenecía al verdadero Robin, pero sus cualidades multifacéticas impiden que lo encasillemos en cualquier arquetipo.

Mi esposa y yo tuvimos la oportunidad de ver a Robin en vivo en la obra de Broadway titulada "Bengal Tiger at the Baghdad Zoo", donde interpretó a un tigre de bengala que muere durante un bombardeo a la ciudad de Baghdad, por lo que se dedica a comentar el sinsentido de la masacre, así como de la guerra en general. Disfrutar de su interpretación, dramática en este caso, ha sido una de las experiencias más satisfactorias que hemos vivido en el teatro.

Con más de 70 películas en su curriculum, Robin Williams nunca descansó profesionalmente. Al leer su filmografía en IMDB me doy cuenta de que aún tengo obras suyas por descubrir, entre ellas "The Fisher King", por la que recibió una nominación al Oscar, o "World's Greatest Dad", que tiene un puntaje de 89% en Rotten Tomatoes. Además, dejó cuatro películas por estrenar, lo cual brinda un leve consuelo para quienes aún no procesamos su partida. 

Recordaremos siempre en Robin Williams a un genio del humor que no temía abrir su corazón, impredescible y cálido en igual medida. El mundo llora hoy a un gran hombre que también fue un gran artista.

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