Paul Walker y Vin Diesel como Brian O´Connor y Dominic Torretto. |
En Noviembre de 2013, cuando la filmación de "Furious 7" se encontraba a mitad de camino, el actor Paul Walker falleció en un accidente automovilístico. El film debía estrenarse en abril de 2014, pero la tragedia ocasionó que se detuviese la producción por varios meses. Durante este tiempo, los guionistas, productores y el director James Wan tuvieron que ingeniárselas para culminar el film y a la vez mantener a Walker dentro de la historia.
Los cineastas acudieron a los estudios Weta Digital de Peter Jackson, encargados de crear a Gollum en "The Lord of the Rings" y a Caesar en "Rise of the Planet of the Apes", para recrear digitalmente el rostro de Walker e insertarlo al cuerpo de actores que posaron como dobles en el set, incluyendo a sus hermanos Caleb y Cody Walker. Año y medio después, su personaje Brian O´Connor no sólo es parte del film de principio a fin, sino que su despedida conmoverá incluso a los menos adeptos de la saga de "Fast & Furious".
Mi primera impresión con "Furious 7", tras sólo haber visto el primer film "The Fast and the Furious", es que la franquicia ha evolucionado hacia un estilo parecido al de la saga de "Mission: Impossible", aunque con mucha menos sofisticación. Los automóviles siguen siendo el centro de la acción, pero los escenarios son cada vez más inverosímiles, como cuando los héroes de la historia deben descender en paracaídas dentro de sus vehículos para sorprender a sus enemigos. Sin embargo, esta y otras secuencias de acción resultan entretenidas y lucen bien ejecutadas, lo que las vuelve creíbles y, sobre todo, llenas de adrenalina, a pesar de lo absurdo.
El tono exagerado y poco sutil de la historia se establece desde la primera escena, donde el nuevo villano Deckard Shaw (Jason Statham) destruye un hospital entero lleno de policías para ver a su hermano en coma, quien quedó en ese estado tras enfrentarse a Dominic Torretto (Vin Diesel) y su equipo en el film anterior. Por su parte, Dominic y Brian intentan llevar una vida normal en Los Angeles: Brian busca adaptarse a una vida doméstica como padre y esposo, mientras que Dominic sigue lidiando con la amnesia de su novia Letty (Michelle Rodriguez). No pasa mucho tiempo hasta que Shaw comienza a ejecutar su venganza y nuestros héroes se ven obligados a huir de la ciudad.
Por suerte, un misterioso agente autodenominado Mr. Nobody (Kurt Russell) les ofrece protección, bajo la condición de que regresen a sus viejas andanzas. La misión en esta oportunidad es rescatar a una hacker (Nathalie Emmanuel) que ha diseñado un poderoso software de rastreo de identidad, capaz de utilizar todo tipo de dispositivo electrónico para localizar a cualquier persona en el mundo entero. Evidentemente, esta tecnología representa un peligro inminente si cae en las manos equivocadas, y son esas manos las que mantienen secuestrada a la hacker en cuestión. Es así como el equipo se reúne nuevamente con Roman (Tyrese Gibson) y Tej (Ludacris), aunque Shaw no tarda en alcanzarles el paso.
Dwayne ¨The Rock¨Johnson como Hobbs. |
Tanto Statham como Russell son nuevos en la saga, pero ambos actores aportan una vibra retro reminiscente a los filmes de acción de antaño que en su momento protagonizaron, los cuales han fungido como inspiración para que esta franquicia continúe reinventándose después de siete entregas. El otro héroe de acción que regresa en esta oportunidad es Dwayne Johnson, quien se divierte como nunca en el papel del agente Hobbs, aún cuando su participación es menor a la que tuvo en las dos entregas previas.
El director James Wan, responsable de filmes de terror como "Saw" e "Insidious", recoge la batuta entregada por Justin Lin, quien había dirigido todas las entregas desde "Tokyo Drift". Wan posee un instinto electrizante para recrear escenas de acción, bien sea que involucren automóviles y stunts imposibles o que sólo consistan en dos personajes enfrentándose mano a mano. Si Wan se convierte en el director a cargo de los siguientes filmes, la franquicia reposará en buenas manos.
Los conceptos de amistad y familia forman parte del diálogo en cualquier escena de "Furious 7" que no contenga carros y explosiones. Si bien los conflictos internos de los personajes bordean el plano melodramático, es elogiable que una franquicia que parece crecer en popularidad con el paso del tiempo busque establecer su centro emocional alrededor de valores relativamente tradicionales. Las últimas escenas de la historia, enfocadas en brindar una despedida para Paul Walker, enfatizan en esta noción de forma conmovedora y emotiva. Los últimos momentos entre Walker y Diesel son manejados elegantemente, otorgando el consuelo de que la saga que lanzó su carrera también le rindió el mejor tributo posible a un irremplazable miembro de su familia.
Puntuación: 4 de 5.
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