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viernes, 17 de enero de 2014

CATCHING FIRE: Aires de revolución en los Juegos del Hambre



Detrás de la tensión y los coloridos personajes del mundo de "The Hunger Games" se puede observar un paralelismo crítico hacia la filosofía consumista que el mundo globalizado vanagloria, llevada a extremos insensibles con la idealización de un grupo de personas que compiten hasta la muerte en un terreno lleno de peligros, como si de un macabro reality show se tratase. La filosofía detrás de los Juegos del Hambre es el constante recordatorio a las masas del poder del Capitolio, el centro de poder del país Panem, para apaciguar cualquier idea de rebelión contra el mandato cruel del presidente Snow (Donald Sutherland).

En "Catching Fire", la segunda parte de la trilogía de filmes basados en las novelas de Suzanne Collins, el triunfo ha convertido en celebridades a Katniss Everdeen (Jennifer Lawrence) y a Peeta Mellark (Josh Hutchershon), al menos a los ojos de los ciudadanos del Capitolio; pero también en un símbolo de esperanza para los habitantes de los empobrecidos y sometidos distritos, que superan en números a sus opresores pero carecen de fuerza, recursos y, lo más importante, de motivación. Katniss, en particular, intenta mantener un perfil bajo para proteger a sus seres queridos, pero la nobleza de sus acciones la arrastrará a asumir un rol de liderazgo, aún en contra de su voluntad.

La primera hora del film promete un rumbo diferente al de su antecesor. Snow obliga a una traumatizada Katniss a desfilar por todos los distritos junto a Peetah como la pareja del momento, con el fin de desmitificar su imagen y hacerlos lucir asimilados al mundo del Capitolio. El recorrido de la pareja genera un efecto contrario, alimentando intenciones de alzamiento en uno de los distritos y por ende mayor represión. En vista de esto, el nuevo director de los juegos, Plutarch (Philip Seymour Hoffman), sugiere hacer algo distinto con la edición 75 de los Juegos del Hambre: obligar a competir nuevamente a todos los ganadores del último cuarto de siglo, todo con la intención de eliminar a Katniss de la forma más vistosa posible.

Los competidores ahora son adultos con experiencia en asesinar y/o sobrevivir en las más adversas de las circunstancias, elemento que le brinda a esta secuela un tono más maduro o menos "young adult". Los nuevos concursantes aportan variedad de motivos y antecedentes, mientras que los anteriores provenían todos de situaciones similares. Entre los más interesantes se hallan la impredecible Johanna (Jena Malone), el vanidoso Finnick (Sam Claflin) y el genio Beetee (Jeffrey Wright), quienes forman una alianza temporal con Peetah y Katniss para sobrevivir, aunque las alianzas en los juegos se pueden convertir fácilmente en traición. Sin embargo, fuerzas más grandes mueven los hilos para alterar definitivamente el resultado de la competencia, lo que proporciona un desenlace inesperado e intrigante para lo que será la última película (aunque esta será dividida en dos partes).


El éxito de la primera cinta permitió aumentar el presupuesto de esta entrega, lo que se nota en el diseño de producción, en especial en las escenas del Capitolio, ejecutadas de forma majestuosa y excéntrica bajo la combinación de sets reales y digitales, así como en los efectos visuales, particularmente en la animación de las criaturas mutantes que habitan la arena de los juegos, cuyo realismo dejaba mucho que desear en la película anterior. En general esta cinta se siente más grande y compleja que la anterior desde un punto de vista técnico y artístico, por lo que el universo de los libros se siente más palpable y mejor realizado.

"Catching Fire" comienza y termina en terrenos poco convencionales, lo cual ayuda a apaciguar el hecho de que su segundo acto mantiene una estructura bastante similar a la del primer film. Ciertamente el libro contiene el mismo esqueleto, colocando una mayor importancia en los personajes antes de la acción.  Francis Lawrence, director de "I Am Legend" y "Constantine", balancea con efectividad al extenso reparto, brindando a la mayoría de los personajes su oportunidad para brillar, gracias a lo cual Caesar (Stanley Tucci), Effie (Elizabeth Banks) y Cinna (Lenny Kravitz) continúan siendo relevantes mientras que Haymitch (Woody Harrelson) y Gale (Liam Hemsworth) adquieren mayor peso en la trama. Aun así, la brutalidad de los juegos sigue siendo el elemento distintivo de la historia, pero su brevedad en comparación con la cinta anterior es notable.

Al igual que en la primera entrega, la historia es contada principalmente desde el punto de vista de Katniss, con la excepción de las escenas de Snow, por lo que el éxito de la franquicia recae al final sobre los hombros de Jennifer Lawrence. Su sutileza en momentos dramáticos complementa sus habilidades físicas en las secuencias de acción más demandantes, mientras que sus escenas románticas dentro del triángulo amoroso entre Peetah y Gale se manejan como elemento secundario que no opaca a la historia principal. El "hijo del medio" que es la cinta se convierte así en una evolución dramática para la chica en llamas, a la vez que sirve de abreboca para el desenlace de la saga.

Puntuacion: 4.25 de 5.

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