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lunes, 1 de febrero de 2016

CREED: Pasando la batuta (o los guantes de boxeo)

Rocky Balboa entrena a Adonis Creed.

Muy pocos esperaban volver a ver Rocky Balboa en la pantalla grande. El último film con el legendario boxeador como protagonista, titulado también "Rocky Balboa", se estrenó en 2006 y le otorgó a Sylverster Stallone la oportunidad de dejar atrás el trago amargo de "Rocky V" y retirar a su personaje de forma digna. Casi una década después, el director y escritor Ryan Coogler nos trae un film que podría considerarse la séptima entrega de la saga, pero funge a su vez como un refrescamiento o reboot bajo el título de "Creed".

Déjà Vu.
La diferencia fundamental entre Creed y los films de Rocky es su nuevo protagonista. Adonis Johnson (Michael B. Jordan) es el hijo de Apollo Creed (Carl Weathers), el antiguo rival y entrenador de Rocky que murió en el ring de boxeo a manos del ruso Drago (Dolph Lundgren) en "Rocky IV". Adonis es producto de una relación extramarital entre su madre y Apollo, pero su padre nunca le conoció. El film comienza en 1998, cuando un joven y agresivo Adonis reside en una prisión juvenil, buscando peleas con cualquiera que se atraviese en su camino. Adonis recibe una visita de Mary Anne Creed (Phylicia Rashad), la viuda de Apollo, quien decide responsabilizarse por él, a cambio de que no vuelva a meterse en problemas.

Saltando al presente, la vida del joven Adonis luce muy acomodada, pero su pasión por el boxeo le impulsa a dejar todo atrás y mudarse de California a Filadelfia para conseguir entrenamiento, nada más y nada menos que del propio Rocky Balboa. Los años no han pasado en vano para el potro italiano, pero su estatus legendario permanece intacto. En un momento metafísico, Adonis visita la estatua de Rocky, creada en la vida real por la ciudad de Filadelfia como tributo al personaje.

Adonis y Bianca fuera del ring.
Lo que sigue no es ajeno para quien haya visto algún film de Rocky: un montaje de escenas que muestran el duro entrenamiento, el florecimiento de una relación amorosa con la chica de al lado y el surgimiento de un rival que parece imposible de vencer. La fórmula ha funcionado en media de docena de películas, y no parece haber perdido efectividad. A diferencia de Rocky, Adonis es prepotente y puede llegar a ser violento, pero el guión se encarga de mantener sus defectos en cintura para preservar la empatía del personaje. Su relación amorosa con Bianca (Tessa Thompson) es más una distracción que una parte vital de la trama, pero ambos actores tienen química suficiente para lucir como una pareja creíble.

Como es de esperar, el centro de la historia se enfoca en la dinámica entre Adonis y Rocky. Adonis no quiere utilizar el apellido de su padre para evitar ser juzgado bajo su sombra, pero su nuevo entrenador le enseñará una lección o dos sobre lo que significa surgir desde abajo. Los filmes de Rocky siempre han mostrado la lucha de alguien que llevaba todas las perder y logra surgir ante la adversidad, algo que en este caso aplica tanto para Adonis como para el mismo Rocky. Sylvester Stallone se desviste de todo complejo al mostrar en la tercera edad al personaje que lo hizo estrella, con lo cual nos entrega su interpretación más conmovedora y genuina desde el primer film. El paso de batuta (o de guantes) entre un personaje y otro es evidente, y no será extraño ver otros filmes de Adonis Creed adornar la pantalla durante los próximos 40 años. Michael B. Jordan tiene el talante y el carisma suficiente para cargar esta franquicia sobre sus hombros.



Un buen film de Rocky cuenta con peleas memorables, algo donde Creed no decepciona. El enfrentamiento entre Adonis y su primer oponente parece ocurrir durante una sola toma, una maniobra arriesgada por parte del director Ryan Coogler que coloca al espectador en medio de la pelea mediante una coreografía muy bien ejecutada. No es el caso de la pelea principal, filmada de forma tradicional, pero con un rival más envolvente en el irlandés Ricky Conlan (Tony Bellew), quien sabe tocar todos los puntos débiles, físicos y mentales, de Adonis. La mezcla de sonido ayuda a que sintamos cada uno de los golpes embestidos en el ring, mientras la banda sonora balancea el uso de algunos temas tradicionales de Rocky con cargas de hip hop más urbanas y actuales. 

Al igual que su protagonista, "Creed" está consciente del legado que sus antecesoras dejaron detrás. El film rinde homenaje a este legado pero procura arar su propio camino. La famosa celebración de Rocky en las escaleras del Museo de Arte de Filadelfia tiene su equivalente, aunque bajo un entorno muy diferente, mientras que la clásica melodía "Gonna Fly Now" cuenta con sólo una breve aparición. Rocky Balboa es la razón para ir a ver la película, pero Adonis Creed es el nuevo campeón.

Puntuación: 4,50 de 5.

1 comentario:

Mariana dijo...

Concuerdo con que ver esta peli es para ver a Stallone regresar como Rocky, pero Michael B Jordan como Adonis no le llegó al papel ante mis ojos. En el ring y sus alrededores todo bien, pero las escenas de la esencia del personaje y su relación con el amor y el bagaje de perder a su padre, no llegó.

No es fácil llenarle los zapatos a Rocky, estando él al lado además. Kudos por haber entrenado, creo que boxea de verdad... pero no me dió el drama necesario para creerlo un hombre abandonado, con miedos a llenar un legado familiar. Cuento distinto en Fruitvalley Station.

Me gustó que fotografiaran a Philadelphia como ciudad, su rudeza y caracter, fue una especie de tributo. Me gustaron todas la escenas de entrenamiento, los contraluz que reflejan el nacimiento de esta estrella por brillar pero me sobraron tomas. El ritmo también fue atípico, hay montajes muy buenos y otros que parecen como de televisión... incluso me llegué a preguntar si habían como dos editores trabajando en momentos distintos.

Bien por ver a Rocky de nuevo, recordar la historia pero dudo que sin él, Michael B Jordan pueda sostener otra Creed sólo.