Buscar este blog

miércoles, 30 de septiembre de 2015

MAD MAX: FURY ROAD - El renacimiento de un director y una franquicia

Mad Max e Imperator Furiosa.
Debo comenzar esta reseña con una confesión: no he visto ninguna película de la trilogía original de Mad Max. De hecho, no tenía mayor interés en ver "Mad Max: Fury Road", pero la lluvia de comentarios positivos me impulsaron a verla unos días antes de que saliera de cartelera. Tras experimentar en pantalla grande la obra maestra que George Miller nos ha regalado, anhelo descubrir los trucos que el director tiene bajo la manga para el futuro del mundo post apocalíptico donde se desarrolla esta saga.

"Fury Road" no es un reboot, secuela ni precuela, sino un poco de todas las anteriores. Miller ha pasado 20 años preparando esta nueva entrega, tiempo que parece haber alimentado su inspiración y creatividad para producir un film de acción como pocos se han visto. En papel, es difícil creer en un guión que consiste esencialmente en una gran persecución, interrumpida por breves interacciones humanas y no mucho más. Sin embargo, lo que los diálogos no muestran se filtra a través de un tratamiento sensorial donde la cinematografía, sonido, dirección de arte, maquillaje y vestuario contribuyen a construir una experiencia como pocas.

Tom Hardy pasó medio rodaje con un bozal.
El desierto australiano sirve como escenario de un mundo donde se respira la radiación del aire y los poseedores de agua son quienes dominan a la sociedad. Tom Hardy interpreta al titular guerrero del camino, Max, quien es secuestrado por una banda de cazadores y llevado a Citadel, una fortaleza  dominada por Immortan Joe (Hugh Keays-Byrne), tirano con complejo de dios que mantiene a sus súbditos en resguardo bajo la promesa de brindarles líquido, abriendo drenajes cada cierto tiempo para alimentar sus esperanzas pero con la brevedad suficiente para que sigan en la miseria. Por si fuera poco, las mujeres lactantes son ordeñadas cual ganado y los esclavos como Max son donantes involuntarios de sangre, pues gran parte de la población es víctima de innumerables variedades de cáncer.

Tras un fallido intento de escape, Max es encadenado al frente de un vehículo para proveer sangre fresca a Nux (Nicholas Halt) durante la búsqueda de Imperator Furiosa (Charlize Theron), una sub-alterna de Joe que ha escapado de Citadel junto a las cinco esposas de éste.  Eventualmente, Max se une a Furiosa y su grupo en busca de la Zona Verde, el oasis de donde ella fue raptada durante su infancia.


Los diversos escenarios que recorren nuestros héroes brindan un amplio repertorio de oportunidades creativas para que cada secuencia de acción posea una identidad propia. Es así como el interior de un acantilado representa una amenaza muy distinta a la de un pantano cubierto de niebla, pero la adrenalina siempre se mantiene a toda mecha. Miller ha construido meticulosamente cada secuencia con una precisión casi poética donde cada elemento parece ser parte de un gran baile, cuyos participantes muestran lo más decadente de la raza humana al tiempo que emplean la violencia como único recurso de supervivencia. 

George Miller dirige la escena.
Aunque Tom Hardy desempeña el rol protagónico, es Charlize Theron quien domina la escena. Furiosa es tan temeraria como sus enemigos en su búsqueda por escapar del yugo de Inmortan Joe, y Theron posee la combinación ideal de rudeza y madurez para demostrar que su personaje es capaz de conducir un camión-tanque con la misma destreza que emplea para cuidar de sus cinco protegidas. Por su parte, el Max de Hardy es hombre de pocas palabras, pero el actor continúa demostrando que el cuerpo es tan importante como la voz para comunicar las emociones de un personaje, sobre todo durante la primera mitad del film, donde Max permanece con el rostro cubierto por un bozal.

Sin embargo, el gran protagonista de "Fury Road" es su director. El cine de autor rara vez engendra un film de acción con la complejidad técnica y creativa desplegada en esta obra, y la audiencia es la principal ganadora. El universo creado por Miller en su trilogía original se expande con esta entrega y abre un mundo de posibilidades para lo que puede ocurrir con la franquicia de aquí en adelante. Pocas propiedades intelectuales logran volver a la palestra luego de ausencias tan prolongadas como la de Mad Max, pero Fury Road podría alterar considerablemente la vara con que se mide a este abarrotado género.

Puntuación: 5 de 5.

1 comentario:

Unknown dijo...

o le tenía mucha fe a esta película y vaya que me impresionó. Mad Max: Fury Road es una lección de cine, y la misma realiza un juego de regeneración dentro del propio arte que funciona a diferentes niveles. El elenco espectacular, no sé, pero las películas de Charlize Theron para mí se están convirtiendo en sinónimo de éxito, en fin. Retomando la película, debo decir que Mad Max no sólo recupera a uno de los mitos cinematográficos por excelencia de los ochenta, lo ajusta a las nuevas formas, y tiempos cambiantes, para abofetear sin compasión a la ameba que es hoy día el espectador. Por otro lado, la sangrienta ironía final, la de recuperar la esperanza a partir del orden reestablecido, acabando con la tiranía más cruel, aquí representada en el simple H2O, es toda una declaración de intenciones por parte de un cineasta que conoce perfectamente el lenguaje del cine, un arte destinada, como las demás, a ser la herencia del ser humano, a hablar de él.