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viernes, 18 de noviembre de 2016

DOCTOR STRANGE: Olvida todo lo que crees que sabes

El doctor ha llegado.
Iron Man, Hulk, Thor, Captain América, Guardians of the Galaxy, Ant-Man... Marvel continúa produciendo historias de origen de personajes relativamente desconocidos, y sigue teniendo éxito en su proeza de expandir su repertorio de superhéroes. El turno en el film número 14 de este enorme conglomerado es para Doctor Strange, el futuro Hechicero Supremo que trae consigo el uso de magia y una serie de trucos visuales bastante atractivos a este expansivo universo cinematográfico.

El Doctor Stephen Strange (Benedict Cumberbatch) es un exitoso y engreído neurocirujano, más interesado en encontrar el próximo caso que le traiga fama y gloria que del bienestar de los pacientes más necesitados. Strange es también un galán empedernido, aunque sus encantos ya no surtan efecto en la Dra. Christine Palmer (Rachel McAdams), con quien tuvo una relación sentimental en el pasado. Camino a una ponencia, Strange sufre un accidente automovilístico que destroza sus manos y acaba también con su carrera, más no con su ego.

Maestra y discípulo.
Cuando las cirugías y la terapia no funcionan para recuperar sus habilidades, Strange acude renuentemente a un templo en Kathmandu, Nepal, donde es recibido por Mordo (Chiwetel Ejiofor), un fiel discípulo de La Ancestral o The Ancient One (Tilda Swinton), la Hechicera Suprema. Como buen hombre de ciencia, Strange permanece incrédulo y arrogante ante las palabras de La Ancestral y sus promesas de curar el cuerpo con la mente. Sin embargo, ésta no vacila en callar su perorata arrogante con una muestra de su poder, la cual lanza a Strange en un viaje psicodélico que desprende su espíritu de su ente corpóreo y lo convence de que existe una visión del mundo hasta ahora desconocida para él.

La Ancestral ve el potencial en Strange para convertirse en un poderoso hechicero, pero también observa el mismo espíritu retador de su antiguo alumno, Kaecilius (Mads Mikkelsen), discípulo convertido en enemigo que al comienzo del film roba las páginas de un libro sagrado. La intención de Kaecilius es invocar a Dormammu, el ser supremo de una oscura dimensión donde el tiempo no transcurre y la vida es eterna. Para abrir el portal de la dimensión oscura, Kaecilius debe destruir los tres santuarios que protegen a la Tierra, ubicados en Londres, Nueva York y Hong Kong. 


Los ataques a cada templo dan lugar a varias de las escenas de acción más interesantes que se han visto en filmes de superhéroes. Tomando inspiración en la Inception de Christopher Nolan, el director Scott Derrickson reta las leyes de la física al torcer calles y edificios en todos los ángulos posibles, mientras que héroes y villanos combaten con espadas, látigos y escudos creados con sus propias manos, como si se tratase de su energía interior expresándose en el mundo táctil. Si Guardians of the Galaxy empleó una amplia paleta de colores y música ochentosa para establecer una identidad, Doctor Strange recurre a trucos visuales que alteran el tiempo y el espacio como elemento distintivo de sus películas hermanas. La noción de realidades paralelas, paradojas temporales y magia son conceptos nuevos dentro de este mundo de súper soldados, hombres verdes gigantes y dioses del trueno, e impresiona que Marvel continúe explorando territorios desconocidos dentro de su filmografía.

Inception 2.0
Benedict Cumberbatch emana un carisma reminiscente al de Robert Downey Jr. en Iron Man. Se sabe que los productores del film retrasaron el inicio de la filmación para contar con él, y la decisión trae dividendos en todos los ángulos. Cumberbatch no sólo adquiere un aspecto muy similar al del comic, sino que su carisma facilita la empatía hacia un personaje con pocas cualidades afectivas, reflejadas en especial durante una escena entre Strange y Christine donde éste descarga su frustración con palabras hirientes e inusuales en un futuro superhéroe. Al mismo tiempo, el actor cuenta con una ligereza ya vista en su rol titular en la serie Sherlock, que contribuye al muy necesario humor dentro de una trama en general bastante seria.

Tilda Swinton se roba la atención de la cámara en todas sus escenas, a pesar de la controversia generada por la escogencia de una mujer blanca para interpretar un personaje de aparente origen asiático. El carácter asexuado de la actriz sólo añade curiosidad hacia los enigmas que rodean a La Ancestral y el origen y alcance de sus poderes. Chiwetel Ejiofor también rompe el esquema del rol de sidekick gracias a un giro en el guión que ayuda a generar interés en el futuro de su relación como n Strange. Por su parte, Rachel McAdams tiene un rol algo limitado, pero la actriz aprovecha cada una de sus escenas para expresar más de lo que sus diálogos pueden inferir y su dinámica con Strange también se sale del molde de este tipo de películas.

Tienes algo en los ojos.
Marvel es ya infamemente conocido por sus villanos débiles y Kaecilius no aporta demasiado para cambiar esta tendencia. Mads Mikkelsen aprovecha su tiempo en pantalla, particularmente durante una confrontación con Strange a mitad de película, pero su papel es más un elemento que mueve la trama, mas no un personaje enteramente desarrollado. Sin embargo, Kaecilius resulta más interesante que villanos como Ronan en Guardians o Malekith en Thor: The Dark World, pero aún hay trabajo pendiente en esta área.

Doctor Strange es otro éxito para la maquinaria de héroes de Marvel. El film cumple con el propósito de introducir un personaje envolvente que sin duda jugará un rol crucial cuando los Vengadores enfrenten a Thanos en la futura Avengers: Infinity War, pero también genera amplias expectativas por la próxima entrega que nos adentre en los avatares de Stephen Strange. El doctor ha llegado para quedarse.

Puntuación: 4,50 de 5.